Emma Cruz se
encuentra en un momento de su vida decisivo, en el que sin duda un cambio es
necesario. Dicho cambio se lo pone en bandeja el haber conseguido una plaza de
profesora de Derecho Penal en la Universidad de Vigo. Dado que se encuentra
lejos de su domicilio, Emma ha de alquilar una vivienda para poder desarrollar
su nuevo empleo. Su nuevo lugar de residencia se encontrará en el cercano (e
imaginario) pueblo de Merlo.
En cuanto se
instala en Merlo, Emma se da cuenta de que todo el pueblo vive bajo la sombra
de los sucesos acaecidos hace ya veinticinco años, en los que las hermanas
Giroud desaparecieron sin dejar más rastro que una zapatilla en una cuneta.
Ninguna de las investigaciones iniciadas por las autoridades dio sus frutos y,
tras conocer a varios vecinos y ver a los afligidos padres en un acto de
homenaje de las niñas ausentes, Emma hace del caso su objeto de investigación.