El protagonista de esta historia
es un hombre que ha sobrepasado la madurez y que intenta reconstruir parte de su pasado con
retales que va recolectando de su memoria. Para ello utiliza sensaciones casi
olvidadas, nombres que quedaron difuminados en sus recuerdos y fotografías
agrietadas acompañadas de ajadas notas que tienen más de cinco décadas.
Hemos de tener en cuenta que ese
hombre, nuestro protagonista, no es otro que el propio autor del libro. Patrick
Modiano nos coloca desde las primeras páginas en la década de los sesenta del
siglo pasado en un París que nos resulta efervescente, y concretamente en un
barrio, el de de Montmartre, que parece ser un personaje más de la narración. Quizás
sería más acertado puntualizar un poco este último dato y definirlo como un
hogar en sí, en el que las calles se
sienten más propias y acogedoras que un
piso o una impersonal habitación de hotel, que son las moradas de los
personajes que nos son presentados.