Con todos mis respetos, Olive
Kitteridge es una persona complicada. Malhumorada, borde, arisca, poco empática
con todo el mundo… Existen personas especiales en este mundo, esa clase de
persona con la que el simple hecho de encontrarse para el que tiene la suerte
de hacerlo supone tener un día mejor, que mejora la vida de los demás. Si tuviésemos que clasificar a Olive es posible que la viésemos como lo más opuesto a esa persona que nos podemos encontrar.
Y, como el título nos indica y
todos sospechamos desde el inicio, Olive es la protagonista de este libro. Un libro que se compone de trece capítulos en los
que la autora nos desgrana su visión del ser humano. En alguno de ellos la
presencia de Olive, maestra de matemáticas de un pequeño pueblo marítimo de
Maine, es puramente testimonial. En las páginas de “Olive Kitteridge”
encontramos ilusión, dolor, determinación, duda, traumas y alegrías en las
personas que forman parte de la vida cotidiana de Crosby.