Como en todas las profesiones, en
el oficio de escritor hay hijos que se sienten atraídos por el oficio de sus
progenitores, y otros (la mayoría) que deciden que es mejor buscar su propio
camino, alejándose del marcado por los que les proporcionaron el apellido.
En el caso al que vamos a dedicar
unos minutos, o sea, a descendientes que pretendieron honrar el legado de sus
ascendientes, nos podemos encontrar todo tipo de resultados: desde obras que
superaron a lo anteriormente escrito, hasta otras obras totalmente prescindibles,
pasando por colaboraciones entre miembros de la misma familia.
Varias opciones de las que
acabamos de mencionar las podemos encontrar en la familia de Charles John Huffam
Dickens, que en vida llegó a hablar de sus diez hijos en términos despectivos,
afirmando incluso que ninguno de ellos (eran diez) “valía para nada”. Pues si
nos ceñimos a la Literatura, hay que reconocer que sus hijos no lograron hacer
sombra en ningún momento al maestro inglés. Dos de ellos lo intentaron, sin
llegar a cosechar gran éxito.