Estos días en nuestra cultura
tienen un significado especial; independientemente del sentido religioso de la
celebración de la Navidad, se ha formado una tradición en la que las reuniones
familiares tienen un papel preponderante. Cada año se viven en millones de
hogares rituales que son vividos con especial sentimiento por muchas personas.
También en estos días se encuentra un hueco para recordar a esas personas que
ya no nos acompañan, aunque en este caso los recuerdos positivos han de ser los
que invadan nuestro pensamiento.
Como toda tradición, la que nos
ocupa hoy se ha venido nutriendo de una especie de collage de diferentes costumbres (hay que recordar
que el 24 de diciembre fue una celebración pagana antes de que la religión
católica situase el nacimiento de Jesús de Nazaret en dicha fecha, y en la que
se celebraba que el Sol por fin vencía a la noche y los días comenzaban a
aumentar su presencia) que se fueron acoplando en diferentes fechas, y que con
la llegada de los medio audiovisuales sufrió (y sigue sufriendo) una
transformación vertiginosa.