domingo, 3 de noviembre de 2019

"El Catolicismo explicado a las ovejas", de Juan Eslava Galán.


Hay libros que con tan solo leer el título ya podemos saber lo que nos pueden llegar a ofrecer. “El Catolicismo explicado a las ovejas” es un título suficientemente explícito para suponer que en sus páginas encontraremos un tono crítico. Si además de ello sumamos la firma del libro, que es de Juan Eslava Galán, podemos tener la práctica seguridad de que encontraremos un tono de humor ácido muy característico de este autor.

Y así es. Desde la primera página Eslava nos pretende entretener ofreciendo datos y rasgando cada párrafo con su ironía habitual. La figura de Dios (el Dios de los Católicos) y las tres formas en las que aparece en los escritos oficiales de la religión es analizada de una forma crítica, lo que en ocasiones puede llegar a resultar irrisorio (creo que en ningún momento puede llegar a ser ofensivo para un creyente, pero es tan solo una suposición).


Tal y como suele afrontar sus proyectos, se aprecia la intensa documentación que viene acompañada de un extenso apéndice y notas que acompañan a la lectura. Eslava (siempre desde la cómica figura de la oveja que sigue al rebaño liderado por el pastor pontífice) desgrana todos y cada uno de los elementos fundamentales del Catolicismo: desde la Virgen María, San José y el niño Jesús hasta el último Papa aparecen en estas páginas, así como las maniobras que fueron moldeando el pensamiento que se intenta extender 2000 años después (aunque no sabemos si lo consigue). Además nos trae detalles como la multiplicidad de reliquias religiosas (las auténticas, por supuesto, solo se encuentran en nuestro país) o anécdotas como el hecho de que, tal vez, los venerados restos del Apóstol Santiago se correspondan con un conocido hereje decapitado precisamente por serlo.

A pesar de haberme surtido ya de varias de sus aleccionadoras lecturas (“Una historia de la Guerra Civil que no va a gustar a nadie”, “Historia de la Primera (y Segunda) Guerra mundial contada para escépticos”, “La Revolución Rusa contada para escépticos”…) he de decir que el tono no me llega a cansar, y su pasión por desgranar de un modo distante los hechos documentados es siempre de agradecer, aunque más lo es que use ese humor que literalmente me llega a robar carcajadas allá donde me encuentre. Por poner un ejemplo, es complicado estar esperando en una lavandería a que acabe la secadora y estar leyendo confusiones en las traducciones de los textos que dieron lugar a errores que nunca se subsanaron (la costilla de Adán realmente era el costado de Adán, una visión mucho más equitativa y justa de los roles de género, pero que se siguen manteniendo tras conocerse el error).

En fin, Eslava desgrana de una forma certera los dogmas, creencias, fe y ritos de una religión que le fue enseñada desde la cuna (como a muchos de nosotros) y que no es capaz de aguantar una visión crítica desde la primera página (al igual que sucede, a mi modo de ver, con todas y cada una de las religiones). Así que tan solo queda a los creyentes (o, para mentar al autor, crédulos) agarrarse a esa fe que mueve montañas y que (seguimos citando al autor) es capaz de convertir un montón de mentiras en la única verdad.

Evidentemente, es un libro más recomendado para las personas que no se sienten fuertemente identificadas con las creencias que son analizadas en este texto, y sobre todo recomendado para personas que son capaces de reírse hasta de sí mismas, como hace el propio Eslava Galán. A pesar de ser ya el quinto o sexto libro que leo de sus ensayos sobre hechos históricos (o en este caso historia de una religión) estoy seguro de que no será el último, ya que entre sus inmersiones en quedan temas muy interesantes de visitar desde ese tono sarcástico tan necesario en tiempos como el que vivimos, en el que las redes sociales y el acceso ilimitado a la información en lugar de dar una visión más amplia de las realidades nos ofrecen una versión (o la contraria) más sesgada que nunca.  Refrescante.