martes, 22 de octubre de 2019

"Una noche con Sabrina Love", de Pedro Mairal


A mitades de la década de los noventa del siglo pasado Daniel Montero es un joven que vive en Curuguazú, un pueblo argentino de la provincia de Entre Ríos cercano al río Uruguay (el nombre es ficticio). Tras haber acabado sus estudios, comienza a trabajar en un almacén. A sus 17 años hace ya siete que perdió a sus padres, y vive con su anciana abuela. El trabajo que desarrolla en el mencionado almacén le permite disfrutar de un dinero para sus gastos sin muchos lujos, pero entre ellos el más importante es haber comprado una televisión usada para ser instalada en su cuarto.

Además, y aunque es extraño en un pueblo como el suyo, el vecino decidió poner televisión por cable. Tras conectar un cable desde la antena del vecino, Daniel consigue habilitar una importante cantidad de canales para disfrutar en la soledad de su habitación. Dada la edad del muchacho, casi todos los lectores probablemente piensen de inmediato que su prioridad será ver algún canal para mayores de edad, y la verdad es que están en lo cierto. Y ahí, en uno de esos canales porno, Sabrina Love es la protagonista de un programa. Sabrina Love es lo máximo para Daniel, y conoce cada uno de los programas, películas y escenas de la estrella porno de memoria. Nuestro joven protagonista no es el único en esa situación, ya que  muchos espectadores incluyen a Sabrina en cada una de sus fantasías.


Para explotar ese éxito que tiene entre los hombres suscritos (o simplemente enganchados al vecino), el canal que emite el programa de Sabrina Love decide convocar un concurso, cuyo premio es el título del libro que traemos hoy: “Una noche con Sabrina Love”. A pesar de que la llamada que ha de realizar para participar en el concurso tiene un coste importante, Daniel decide intentarlo. Unos días después, asiste atónito al resultado del sorteo, que le muestra ni más ni menos que él será la persona que disfrute de pasar una noche con su adorada actriz. Desde ese momento Daniel se lanza a una aventura de la que saldrá siendo una persona totalmente diferente.

Pedro Mairal debutó con esta novela, con la que logró el Premio Clarín en 1998 cuando tan solo contaba con 28 años. El autor de “La uruguaya” sorprendió con una lectura sencilla pero con mucho más peso del que parece tener su ritmo. A simple vista parece una novela simplemente entretenida, y ésa es una de sus mayores virtudes, ya que con el argumento tan visual y rápido (se podría decir cinematográfico y no sería un error, ya que un par de años después del lanzamiento se emitió una película protagonizada por Cecilia Roth con título homónimo) el autor va regando la acción con reflexiones envueltas en un humor digno de reseñar. También es preciso destacar que en las páginas de esta novela queda plasmado el carácter argentino, efervescente y apasionado como ninguno, y que a buen seguro a nadie deja indiferente.

Al igual que me sucedió con “La uruguaya”, tengo la sensación de haber leído algo muy original aunque no lo sea. De hecho el argumento es tan simple como su título, pero el autor  tiene la habilidad para equilibrar la balanza poniendo a un lado el entretenimiento y al otro una visión mucho más ambiciosa utilizando para ello un tono irreverente, a veces gamberro y siempre desenfadado de un Mairal que me hace pasar muy buenos ratos leyendo sus historias. Esta historia en concreto se lee casi de una sentada, ya que es muy cortita y muy adictiva y será fácil recordar con una sonrisa la odisea adolescente de nuestro protagonista.