sábado, 24 de septiembre de 2016

"El principito", de Antoine de Saint-Exupéry

Un piloto de aeronave sufre una avería en el desierto del Sahara,  y por ello ha de centrar todos sus esfuerzos en reparar el único medio que le puede evitar el perecer en un medio tan hostil. Tras varios días intentándolo recibe la visita de un pequeño personaje que pronto sabremos que procede de un pequeño planeta (el asteroide B-612) en el que tan solo tenía la compañía de tres volcanes que no alcanzan la altura de su rodilla y una flor que peca de ser caprichosa. Así conocemos a “El principito”, un entrañable e inolvidable personaje de un libro que, disfrazado de lectura infantil, hará que cada uno de nosotros reflexione sobre conceptos atemporales.

A través de las poquísimas páginas de este texto asistiremos al éxodo del pequeño personaje en el que saltará de planeta en planeta intentando mitigar su soledad; en su fantasioso y particular periplo tendremos la oportunidad de conocer a una serie de simbólicos personajes (cada uno de ellos en un planeta diferente) como serán un rey que da órdenes que pueden ser cumplidas, un hombre vanidoso, un borracho, un hombre de negocios, un farolero y un geógrafo. El siguiente viaje lo trae a nuestro planeta y en su búsqueda de escapar a la soledad entabla amistad con una serpiente, un zorro y el propio aviador.

lunes, 12 de septiembre de 2016

"Seda", de Alessandro Baricco

A mediados del Siglo XIX, antes de la Revolución Industrial el mercado de la seda es uno de los que más beneficios puede reportar. En el pueblo francés de Lavilledieu la explotación de dicho producto se convierte en la principal fuente de ingresos. El modo habitual de trabajo es el de importar directamente huevos de gusano de seda que habrán de convertirse en gusanos en el propio pueblo para así poder obtener una tela de la mejor calidad posible.

Sin embargo, diversas plagas que se extienden por el viejo continente hacen que la producción de seda se convierta en prácticamente inviable. El emprendedor y reputado Balbabiou (de hecho es el hombre que introdujo la cría del gusano de seda en Lavilledieu) piensa en una posible y arriesgada solución. Para ello necesita del patrocinio de todos los productores de seda de su pueblo y de una persona capaz de emprender la aventura que podría mantener el nivel de producción en el pueblo.

jueves, 8 de septiembre de 2016

"Desayuno en Tiffany's", de Truman Capote

Paul Varjak es un escritor que, tras años sin saber nada de su antiguo amigo Joe Bell, recibe una llamada de éste. Pronto se da cuenta de que el único motivo de esa llamada tiene que ser para hablarle sobre una mujer que ambos conocieron hace años: Holly Golightly. Así que se dirige a visitar a su amigo Joe al bar que regenta en el barrio neoyorquino de Upper East Side y al que acudían hace ya una docena de años el propio Paul y Holly.

Dicha visita sirve como excusa para presentarnos con todo lujo de detalles cada uno de los momentos que Paul compartió con su vecina Holly, un personaje que por muchas razones nos será difícil de olvidar. Holly es una mujer capaz de generar una oleada de expectación con solo una mirada, tiene una personalidad absolutamente fascinante para todo aquél que se cruza por su camino y utiliza esa capacidad para, como ella misma explica, "saltar de rama en rama subiendo cada vez un poco más". 

martes, 6 de septiembre de 2016

"Los crisantemos", de John Steinbeck

Elisa Allen lleva una atareada y monótona vida en el californiano valle de Salinas (lugar de nacimiento y escenario habitual en las obras de John Steinbeck) realizando las tareas propias de la granja dedicada al cultivo y también a la explotación de ganado que su familia administra. En Elisa adivinamos una vida monótona y solitaria, en cierto modo vacía y supeditada a la sociedad que en la primera mitad del siglo XX imperaba en la mayor parte del mundo: una sociedad diseñada por y para hombres en la que la mujer debía de ceñirse al papel que se le había asignado sin mostrar la mínima disconformidad.

De esa manera la señora Allen desarrolla su existencia, en la que encontró una labor en la que puede volcar toda su capacidad y su sensibilidad: el cultivo y esmerado cuidado de sus preciados crisantemos, que gracias a su dedicación son los mayores y más hermosos ejemplares que de los que se tenga constancia por la zona. Como es de esperar, Henry, su marido, no comparte su pasión por dicho cultivo, y preferiría que dedicase sus esfuerzos a algo que pudiese resultar más productivo.