sábado, 1 de junio de 2013

Plagio.

La línea que separa la inspiración de la copia ilegítima de un escrito es ciertamente fina, y más a menudo de lo conveniente es cruzada por autores de todos los géneros y épocas; también hay que destacar que hay ciertas similitudes entre los argumentos de algunos libros puede deberse a una simple casualidad.

Incluso varios de los más célebres escritores de la Historia de la Literatura se encuentran en la deshonrosa lista de acusados  de haber sumado a sus libros partes escritas por otras personas sin su autorización.

Así,  el escritor Mateo Bandello, cuya obra fue publicada en el siglo XVI, escribió la novela corta “Los amantes de Verona”, que sirvió de “inspiración” al poeta inglés Arthur Brooke. Haciendo gala de una costumbre de la época, William Shakespeare copió a su vez al poeta inglés, dando como resultado su célebre “Romeo y Julieta”. Se da la coincidencia de que Lope de Vega también se inspiró en la obra original de Bandello para formar su “Castelvines y Monteses”.