Patrick Dennis
hojea una revista, y en uno de los artículos hablan de una excéntrica mujer,
célebre miembro destacado de la vida social neoyorquina, que hace tiempo adoptó
a su sobrino, tras el fallecimiento de su hermano y padre del niño. La historia
que Patrick lee le es conocida, aunque los detalles aparecen un tanto
distorsionados de una forma fantasiosa, y desde luego muy diferentes de lo que permanecen en su memoria.
Y es que Patrick es
ese huérfano desvalido del que se hizo cargo su excéntrica tía, hace ya unas décadas. Su madre, la de
Patrick, murió durante el parto, diez años antes de que muriese su padre y en
un momento peligrosamente cercano al Crack del 29. Por fortuna, el adinerado
padre tuvo la prudencia de dejar puntillosamente especificados cada uno de los
aspectos que afectarían a su hijo hasta que cumpliese la mayoría de edad. Entre
ellos, cómo y cuándo invertir el dinero que heredaría el día de su muerte, y,
lo más importante, con quién se quedaría, quién sería su tutor o tutora.