sábado, 11 de septiembre de 2021

"Adiós, señor Chips", de James Hilton

 

El señor Chipping nació en 1848 y su recuerdo se prolonga hasta la década de los treinta del siglo siguiente. Desde muy pronto, prácticamente de forma inmediata tras acabar sus estudios, comenzó su carrera de maestro en Melbury. Sin embargo su inexperiencia en el cargo le sobrepasó en ese primer año, lo que hizo que fuese insoportable para él. Debido a esa falta de experiencia, los alumnos superaban con soltura sus intentos de establecer una disciplina mínima en sus clases. Ese ambiente, ese colegio, y esa falta de soltura en su profesión le llevaron a aborrecer ese puesto.

 

Para dar un giro a la situación, decidió acudir a una entrevista en el colegio de Brookfield. Se hace con el puesto, y, a pesar de sus titubeantes comienzos, se inicia en esos momentos una relación laboral y también sentimental con esa institución que no finalizará hasta su muerte. En el camino, el profesor Chipping (Chips en los pasillos y en voz baja para los alumnos) se convertirá, del mismo modo, en una institución viviente.

 

martes, 7 de septiembre de 2021

"El olvido que seremos", de Héctor Abad Faciolince

 

Héctor Abad Gómez fue un médico colombiano nacido en 1921 y fallecido en 1987. A pesar de su título y su profesión, no se encargó de realizar la medicina activa, sino que realizó numerosas campañas de concienciación sanitaria y también estudios para mejorar la salud de los más desfavorecidos de su sociedad, intentando con ello erradicar en la medida de lo posible las enfermedades que campaban a sus anchas en los barrios más pobres de su ciudad.

 

Además, también realizó durante gran parte de su vida labores de docencia. Su empeño en la lucha contra las injusticias sociales a través de ensayos, artículos periodísticos y programas radiofónicos, le granjeó una buena cosecha de enemistades. En su país y en su época, esas enemistades eran muy peligrosas, como ya pudimos comprobar a través de nuestros noticiarios. Además, en la última etapa de su vida decidió dedicarse a la política activa, a sabiendas de que colocar su rostro y su nombre en un cartel de candidato a la alcaldía de Medellín venía siendo equivalente a colocarlo en una diana. A pesar de ello, por sus profundas convicciones, todas y cada una de las cosas enumeradas las realizó con la mayor pasión de la que pudo echar mano.