El narrador de esta novela (del que no conoceremos el nombre) nos lleva de la mano a la subasta de los objetos de una vivienda de una mujer recientemente fallecida. Acude a ese piso, como la mayor parte de los visitantes, simplemente para saciar su curiosidad. Sin embargo, por un impulso, y para satisfacer su necesidad de poseer algo que perteneció a la (conocida) difunta, paga una cantidad desorbitada por uno de sus libros ("Manon Lescaut"), en el que se encuentra una dedicatoria firmada por un tal Armando Duval.
Ese libro se convertirá en la excusa perfecta para que conozcamos con todo lujo de detalles la trama de la novela, ya que el propio Armando Duval acude en medio de una enorme agitación días después a solicitar la entrega de dicho libro. Armando es el amante, el amor, de la protagonista del libro, del personaje que da título a la obra.