domingo, 15 de septiembre de 2019

"Mal de piedras", de Milena Agus


 En la ciudad italiana de Cagliari, en la casa familiar de la calle Manno, se desarrolla la mayor parte de la trama que nos trae Milena Agus. En dicho domicilio aparecen cuadernos en los que se encuentran  los pensamientos de una mujer muchos años después de haber sido escritos y  descritos. La persona que lo encuentra es la nieta de la mujer, y ésta será nuestra narradora.

A través de la interpretación que hace de los cuadernos y sumando el aderezo además denlos recuerdos de familia que tiene de ella, nos cuenta la vida de Abuela (así es llamada en este libro). Una vida que pronto entenderemos fue complicada para esta sarda (aparece tantas veces en el libro esta palabra que jamás olvidaré cómo se llama a los naturales de la isla mediterránea de Cerdeña) incomprendida, de la que la mayoría de la gente que la conocía daba por hecha su locura (así era conocida en su localidad), y que en ciertas fases de su existencia tuvo muy poco apego a la vida.

sábado, 14 de septiembre de 2019

"Hôzuki, la librería de Mitsuko", de Aki Shimazaki


Hôzuki es una librería de lance situada en la ciudad de Nagoya (Japón), en la que se pueden encontrar joyas que selecciona con todo el mimo Mitsuko, su propietaria. Debido a la habilidad con la que surte a su librería de los ejemplares adecuados tiene cierto prestigio en su ciudad e incluso en ciudades cercanas, sobre todo en cuanto a libros dedicados a la filosofía. Entre sus estanterías se pueden encontrar rarezas que sería casi imposible encontrar en cualquier otro establecimiento, ya sean descatalogadas, usadas o de ediciones muy limitadas. Además, Mitsuko es capaz de encontrar peticiones de clientes y proporcionarlas en tan solo unos días.

En Hôzuki, que cierra tan solo los lunes, pasa la mayor parte del tiempo nuestra protagonista. Además de ella atiende su propia madre, que tras pasar un tiempo en la prisión volcó su espiritualidad en un minoritario (en su sociedad) catolicismo. El mundo de Mitsuko se limita casi a esa librería y a la vivienda en la que convive con su madre y con Tarô, su hijo. El pequeño, de tan solo siete años, es un faro en su vida y con su sensibilidad ilumina los ojos de su madre. A pesar de ser sordomudo, Tarô es vivo, despierto, con ansia de saber. Es la persona que ata a la vida a su propia madre.