lunes, 26 de agosto de 2013

Sobrevivir al autor.

Existen algunos personajes que, una vez fallecidos los creadores que les dieron vida y empujados por el éxito y el ansia de las editoriales por exprimir hasta la última gota dicha buena estrella, son heredados con mayor o menor éxito por otros autores, llevando al propio personaje a una dimensión diferente.

En este caso se encuentra el inolvidable y archiconocido espía al Servicio Secreto de Inteligencia Británico, y cuya “licencia para matar” fue descrita por Ian Lancaster Fleming. Evidentemente, estamos hablando de James Bond y su 007.