A estas alturas del año, suele llegar el momento de hacer balance del mismo, y es habitual que cada uno tenga una opinión diferente de lo que han traído doce meses a su vida. Dependiendo de su experiencia personal es común que la balanza esté más o menos equilibrada entre detractores de un año y los seguidores del mismo tiempo. Sin embargo, será difícil encontrar un año (ojalá sea así) en el que la opinión sea tan mayoritaria como el 2020 que (por fin) se acaba. 2020 será un año que recordaremos siempre y, al mismo tiempo, un año para olvidar.
No sé cuántos gremios pueden cantar bondades de este año que está en las últimas, tal vez los fabricantes de mascarillas, los de vacunas y algún que otro, pero si estás leyendo estas líneas seguramente seas de la creencia mayoritaria: pocas cosas buenas nos ha traído. Sin embargo, las ha habido. Y como en esta página hablamos de Literatura y no de Sanidad ni de fabricación de mascarillas, vamos a echar un ojo rápido a lo bueno que ha caído en nuestras manos este año.
El confinamiento generalizado ha dado tiempo a muchas cosas, entre ellas el ampliar el dedicado a leer. Tantas horas en casas dan para mucho, y una de las mejores maneras (estarás de acuerdo, si lees estas líneas) de aprovechar el tiempo es con la compañía de un buen libro. Además, en Un libro en las Antípodas el encierro también nos ha traído este formato de listas cortitas, de cinco unidades tan solo, que se puede mirar en unos segundos. Aprovechamos la fusión de las dos cosas (la lectura y la lista de cinco) para presentar las mejores sorpresas lectoras que nos ha traído este año.
Para empezar nos acercaremos (ojo, no es importante el orden de los cinco, sino que pareció más chula la combinación de portadas en éste que presentamos) a la experiencia personal de una autora que aprovechó su talento para narrar los hechos que acabaron con la vida de su padre unas décadas atrás y la carga que supuso para ella y para sus familiares la ausencia de su padre o su marido. El tono íntimo y que parece desenredar ante nosotros muchos años de pensamientos profundos te puede ofrecer mucho más que una lectura adictiva, que también lo es. Se trata de "Cómo maté a mi padre"
(reseña aquí), de Sara Jaramillo Klinkert y nos remonta a la violenta Medellín de hace unas décadas.
Estamos hablando de sorpresas, y la mayoría de los libros y autoras/autores que vamos a visitar me han sorprendido con una particularidad: pujan fuerte y suenan entre sus lectores como las lecturas preferidas a medida que se adentran en ellos. Además, casi todos tienen un futuro por delante que nos puede traer nuevas obras a un nivel similar a las publicadas. Sin embargo, Mary Cholmondeley murió hace años ya. Yo no conocía su nombre en absoluto. Y es algo injusto. Desde aquí te invito a que te adentres en su lectura, y seguramente te sorprenderá por su vigencia y porque se adelantó décadas a su tiempo. Además comprobarás, creo, que también te parecerá absurdo e injusto que su nombre no me sonase hasta que leí "Un inconveniente"
(reseña aquí).
La siguiente autora que supuso una sorpresa y, desde luego, de lo más agradable, en este año tan
convulso es Brenda Navarro. Me decidí a leer su libro tras ver un par de recomendaciones y, cuando fue el momento adecuado y sin saber demasiado de su argumento, lo comencé. "Lo comencé" es, en este caso, sinónimo de "lo terminé", ya que no pude parar de leer más que para lo imprescindible. El tono crudo y sin concesiones que emplea la autora mexicana es capaz de "hacer daño" al lector y a sus personajes, y la forma en la que presenta a los personajes y la trama es, creo yo, novedosa y admirable. Si te decides a leer "Casas vacías"
(reseña aquí) no saldrás indemne de la experiencia y, espero, engrosarás las filas que formamos los seguidores de Brenda Navarro. Siempre me quedaré con esa sensación de haber resultado "huérfano" al llegar a la última página del libro.
Como ves, hemos traído libros potentes, singulares, y de calidad. Cada uno de ellos con un estilo propio (creo) y diferenciable de los demás. Cada autora de las que hemos visto emplea su voz, su tono, para narrar de una manera que puede llegar al lector de forma intensa. Es el turno de la cuarta obra que nos impactó en 2020 y, al mismo tiempo, el turno del primer y único autor hombre de esta lista. Se trata de Celso Castro, cuyo estilo vas a reconocer siempre con tan solo leer unas páginas. Su falta de mayúsculas y su particular forma de puntuación de las frases trae un ritmo ligero a medida que nos va dando pensamientos profundos de unos personajes intensos, que intentan sin saberlo que broten unos traumas de una forma que, seguro, te mantendrán en tensión. "sylvia"
(reseña aquí)siempre será la primera obra que leí de Celso Castro, un autor que escribe en minúsculas literatura mayúscula.
Para esta quinta y última obra que traemos hoy y que resume el impacto que cada año nos supone encontrar autores que nos llenan, que nos apasionan, hemos decidido recordar a una autora ya fallecida y que, como sucede en las anteriores obras, tiene un estilo muy particular. Agota Kristof será recordada, seguramente, por la trilogía de "Claus y Lucas". En esta colección, que publicó en unos cinco años, nos trae una peculiar historia que comienza con "El gran cuaderno"
(reseña aquí), en el que vemos a dos pequeños gemelos con un aguzado instinto de supervivencia y pocos escrúpulos en el entorno de la ocupación nazi de su país durante la Segunda Guerra Mundial. Pronto lo que se suponía una liberación se convierte en la ocupación comunista (quién sabe si igual de dañina, menos o más que la nazi... seguramente tan solo los que la vivieron en primera persona) que es el escenario de una historia que va mutando a medida que avanza.
Sí, sé que es una lista de cinco libros y cinco libros he presentado. También sé que 2020 es un año que ha resultado un tanto tramposo... así que me voy a permitir la licencia de sumar una obra a mayores, resaltando lo que viene en el título: 2020 y sus sorpresas. El talento principal de la autora (quinta de las seis obras que traemos) es presentarnos un personaje que vamos a odiar, poco a poco aceptar, y quién sabe si llegar a querer... mostrando que cada uno tiene sus motivaciones y sus razones para actuar de la manera en la que lo hace, y que para juzgar a alguien siempre es conveniente mirar desde su propio prisma. La sexta y (ahora sí) última sorpresa agradable que presentamos hoy se trata de "El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes"
(reseña aquí), de Tatiana Tîbuleac, una autora que, como los anteriores que afortunadamente tienen la oportunidad de traernos más obras, está dando y dará mucho que hablar.
Espero que la lista que traemos hoy te sirva para escoger una o varias obras que te llenen, que te lleguen de la misma manera que nos ha llegado a nosotros, y que (estamos a tiempo) mejore un poco un año que es y será para olvidar, pero que como todos tiene momentos inolvidables e irrepetibles.