lunes, 21 de diciembre de 2020

"Unas vacaciones en invierno", de Bernard McLaverty

 En esta página solemos empezar las reseñas con unas líneas sobre el argumento del libro. Sin embargo, creo que en esta ocasión lo más adecuado será empezar por el ritmo del mismo. Y lo intentaré hacer con una comparación un tanto gráfica. Hay libros en los que el ritmo de lectura y de hechos que se suceden es vertiginoso: como si de un vehículo se tratase, se pone la primera velocidad, la segunda inmediatamente mientras las ruedas derrapan y dejan restos de neumático en el asfalto, y así avanzamos con la mayor premura hasta alcanzar la sexta velocidad.

 

Y desde ahí se mantiene un ritmo entre sexta, quinta y a veces cuarta velocidad. Trepidante. Sin embargo, si lo que quieres y necesitas es un libro de ese estilo, no es necesario que te fijes en “Unas vacaciones en invierno”. Porque, realmente, es lo opuesto a lo descrito. Arranca en primera velocidad y, sin ninguna prisa, en determinado momento asciende sin estridencias a la segunda, y en algún momento a la tercera. De ahí no pasa. Así que la lectura de este libro es pausada y lenta. ¿Aun así te apetece?

 

Si es así, has de saber que Stella y Gerry Gilmore son un matrimonio irlandés que hace varias décadas que residen en la localidad escocesa de Glasgow. Sus funciones como profesora y arquitecto hace tiempo que acabaron, y disfrutan (¿o sufren?) de una tranquilidad cotidiana que está a punto de ser quebrada. Con tan solo un hijo y un nieto, que residen en la lejana Canadá, Stella se plantea la utilidad de la vida que lleva con su marido. Tal vez sea el momento de un cambio.

 

Para ello se embarcan en un viaje a Ámsterdam, una localidad que ella visitó con sus compañeros de profesión hace ya treinta años. Allí vivirán unos momentos de esa intimidad que viven desde ya no recuerdan el momento inicial y que, al parecer, está mostrando unas grietas más consistentes de lo pensado. En esos días valorará, cada uno a su manera, cómo late la relación y qué es lo que aporta cada uno a ella.

 

“Unas vacaciones en invierno” fue publicada en nuestro país por la imprescindible editorial Libros del Asteroide, haciéndose eco de un éxito entre la crítica que llevó a la obra a ser considerada el libro del año en numerosas publicaciones (entre ellas The Guardian y The Sunday Times). El autor, Bernard McLaverty, vive, tal y como los personajes que nos presenta, en la ciudad de Glasgow, y con sus cinco novelas publicadas obtuvo numerosos premios.

 

Si te decides a leer este libro, verás una incontable serie de reflexiones muy personales y humanas, una serie de gestos tan arraigados entre los dos protagonistas que ya no se sabe a quién pertenece cada uno. Además, el humor tan inglés (a pesar de ser un irlandés que vive en Escocia) de Gerry se vuelve cada día un poco menos respetuoso, menos aceptable, lo que crea una falta de entendimiento entre ellos que el lector entiende perfectamente.

 

Esas dos personas, que no saben qué es lo que los mantiene unidos, habrán de encararse al espejo, y hacerse unas preguntas que en algún momento de nuestra vida todos nos hacemos. Ése es el valor del libro, ese viaje insulso, insignificante, de dos personas insignificantes, del montón, que tienen cada uno su parte de grandeza, así como la tenemos todos nosotros. Si queremos un argumento del libro sería algo así: un matrimonio de jubilados pasan unos días en Amsterdam. Y no pasa nada allí. Sin embargo, creo que esta obra es un acierto más que nos regala Libros del Asteroide.