domingo, 29 de noviembre de 2020

"Cómo maté a mi padre", de Sara Jaramillo Klinkert

Sara Jaramillo Klinkert, la autora del libro que tenemos el placer de presentar hoy, nació en Medellín (Colombia) en 1979. Seguramente si tienes unos años recordarás la presencia que tenía esa ciudad en los informativos diarios de los años ochenta, en los que se relataban multitud de hechos violentos propiciados por la lucha por el dominio del mercado del narcotráfico. Raro era el día en el que no teníamos conocimiento de un hecho terrible, directamente en nuestros hogares, invadiendo nuestra conciencia pero de una forma un tanto lejana, como si no tuviese que ver con nosotros. Tal vez decidimos actuar como si cada vez que alguien de nosotros consumía drogas no estuviese financiando esos hechos y al mismo tiempo financiando las adicciones de los jóvenes que en aquella década sucumbieron de forma tan brutal.

 

Sin embargo, detrás de cada noticia, detrás de cada hecho trágico, siempre hay una historia. Detrás de cada sicario y de la muerte que deja sembrada hay un amigo, una mujer, una madre, unos hijos... Aparte de engrosar una estadística, cada asesinato es al mismo tiempo el final de la vida de esa persona y el inicio de la vida de su familia conviviendo con su ausencia. “Cómo maté a mi padre” nos trae la historia de la ausencia del padre de la autora.

 

Una ausencia que comienza cuando, en el momento en el que Sara contaba con tan solo once años, unos sicarios acaban con la vida de su padre ante los ojos de su propia madre, abuela de Sara. A partir de ahí la vida enseña otras cartas, y cada uno de los personajes (personas reales) que llenan las páginas de este libro ha de tomarlas y vivirlo como pueda. A través de treinta momentos determinados que siguen colgados en su memoria, Jaramillo nos presenta su visión personal (muy personal y muy íntima) de la vida que le tocó vivir desde que las zapatillas de estar por casa de su padre quedaron abandonadas en un rincón, esperando unos pies que jamás las volverían a llenar.

 

No es tarea fácil describir el libro sin llegar a emocionarse. Porque la lectura de “Cómo maté a mi padre” es una lectura muy emotiva, que transmite una gran carga emocional desde las primeras páginas. Pero al mismo tiempo es mucho más que eso. El hecho de que sea una historia real nos hace sentir empatía desde el primer instante, pero no es ni mucho menos la parte trágica de la historia (perdón si alguien no coincide con esta visión) la que tiene mayor peso para mí. No es el fondo de la historia, sino las formas lo que hace que brille de una manera intensa.

 

Y las formas son las de una escritora poderosa, con un talento para recrear la voz interior que bien vale la pena una y varias lecturas. En este libro nos habla una persona con una sinceridad inusitada, y da la impresión de ser una persona que, tras muchas vicisitudes y creo que muchos períodos oscuros y un tanto vacíos, se conoce a sí misma con claridad y con certeza. Y ese autoconocimiento nos regala sus verdades. Unas verdades que vienen acompañadas de reflexiones inolvidables. Creo que si te decides a descubrir la historia recibirás con sorpresa la naturalidad del inicio, la complicación de la parte central y (en mi opinión) el brillante broche final que suponen los últimos momentos compartidos. Esta parte final es la que, creo, desnivela la balanza para que un libro que ya era muy bueno se convierta en inolvidable.

 

Sara Jaramillo quería, necesitaba, hablar de su padre desde hace mucho tiempo. Y su relación con las palabras (es periodista) sumado a su formación en la escritura (incluso en Madrid) le dio las herramientas para hacerlo. En este libro nos habla de su padre, de su ausencia, de lo que produjo en su forma de ser durante toda su vida. De las decenas de formas en las que lo echó de menos. También necesitaba hablarse a sí misma (y con ello, afortunadamente, a nosotros) de su infancia, de la casa en la que se crio, de sus hermanos, de su madre. Y ahí llega un punto en el que he de pararme. Porque su madre, simplemente, nos es descrito como un ser excepcional. Admirable. Inolvidable. Imprescindible en este mundo. Ojalá más personas como ella poblasen nuestro planeta.  

 

No recuerdo cuántas frases he subrayado y guardado en mi memoria durante la lectura, pero están sembradas por todo el libro. Un libro que, creo, es de los que merecen la pena, se lea hoy o dentro de veinte años. Además, gracias a que los lectores que nos vamos sumando a su lectura solemos (yo lo haré) recomendarla de forma encarecida, estoy seguro de que el éxito que ya tiene se verá aumentado en la medida en que lo merece. También opino que Sara Jaramillo tiene mucho que contar, independientemente de que lo que nos traiga en el futuro (“Cómo maté a mi padre” es su primera obra publicada) sea de nuevo basado en sus propias vivencias o sea ficción. Creo que tiene mucha literatura en sus manos.