martes, 31 de agosto de 2021

"La moneda de Carver", de Javier Morales

 “La moneda de Carver” es un libro que contiene ocho relatos. Por lo tanto, no tenemos un argumento al que ceñirnos. Sin embargo sí podemos encontrar puntos en común en los relatos que eligió Javier Morales para presentárnoslos juntos. Entre ellos encontramos la mención que suena a homenaje a varios escritores (suponemos que admirados por el autor) que tienen en común el habernos dejado con poco volumen de obra por haber fallecido demasiado pronto (Chèjov, Carver, etc).

 

Además, un personaje común (del que veremos su evolución como escritor y su faceta de estudioso de varios autores) en varios de los relatos nos sirve de costura durante el avance de la obra. También se respira un amor por la Literatura (y por el arte en general) que será una constante durante las pocas páginas que necesita el escritor para dejar claro su oficio. Un oficio que salta a la vista, ya que la narración la hace con sus mimbres de artesano haciendo gala de su faceta de profesor de escritura.

 

Al carecer de un argumento es difícil dar unas pinceladas de lo que te puedes encontrar al leer “La moneda de Carver”. Creo que habría que empezar por decir que el estilo de Morales es deliberadamente sencillo, buscando la austeridad literaria, creo, de forma acertada. Así, cuenta lo que quiere de la manera que quiere, y no sobra una palabra del libro para lograrlo. Y a ello sumamos la pasión con la que nos presenta a escritores y sus relatos, de los que bebe para homenajearlos.

 

He de decir también que la edición del libro es preciosa, y el ver cómo los capítulos son acompañados por ilustraciones del pintor norteamericano Edward Hopper (una de mis debilidades) le dio un plus a mi lectura. Y aquí tengo que hacer una pausa y, a pesar de no ser lo más correcto hacerlo, destacar uno de los relatos sobre los demás. No porque esté mejor escrito que los demás (el nivel es alto en todos ellos) sino por lo que significó para mí.

 

Dentro de la obra de Edward Hopper siento especial fascinación por “Habitación de hotel”, seguramente una de las más icónicas de todas sus pinturas y que transmite unas sensaciones que pueden considerarse universales. La soledad de la protagonista, la vulnerabilidad y la evidencia de encontrarse en un momento clave de su vida hace de este cuadro uno de los más utilizados a la hora de ilustrar algunas obras literarias. Y lo entiendo, ya que contemplarlo (al menos a mí) un relato se crea inmediatamente en mi mente, a pesar de no contener ninguna palabra.

 

Pues bien, “Habitación de hotel” es uno de los relatos de “La moneda de Carver”. Desde el título y al empezar a leer la fascinación que siento por el cuadro se vio multiplicada por la emoción de los personajes intentando desentrañar los secretos del mismo, y la sensación de estar físicamente en la ubicación en la que se puede contemplar (el museo Thyssen de Madrid, al que voy a ir sí o sí. Voy a ver ese cuadro). Además, el argumento del cuento en el que un anciano norteamericano necesita volver a Madrid tan solo a ponerse a unos pasos de esta obra, consiguió cautivarme.

 

Así, “La moneda de Carver” me parece por un lado un libro de relatos muy bien contados, correctos y paridos con dedicación y con gusto, dando un poco más de peso a un oficio, el de escritor, al que nunca viene de más sumar la profesionalidad y la dedicación que podemos palpar durante la lectura. Y por otro lado, es el libro de “Habitación de hotel”, lo que hará que siempre permanezca a mi lado, y que aumenta una fascinación y una historia que tan solo se cerrará cuando esté ante ese cuadro, con mi ejemplar de este libro en la mano.