domingo, 10 de enero de 2021

"Wilt", de Tom Sharpe

Para comenzar esta reseña he de hacer una pequeña aclaración y es que, tras haber leído y releído la obra completa de Tom Sharpe, me decidí hoy a leer de nuevo Wilt, tantos años después de hacerlo por primera vez. Como es evidente, pocas sorpresas me podría haber encontrado en esta lectura, y más si tenemos en cuenta que la mayoría de las obras de Sharpe siguen un esquema muy concreto, con pocas variaciones, en el que las piezas del puzzle que nos presenta encuentran tarde o temprano su sitio, un lugar que suele ser disparatadamente divertido.. Una receta de éxito que el autor no renunciaba a utilizar una y otra vez y que realmente funcionaba a la perfección.

 Henry Wilt es profesor. Sus alumnos de la escuela politécnica en la que ejerce su trabajo son trabajadores que se dedican a la yesería, la charcutería, o la secretaría. A pesar de que inicialmente tenía mucha ilusión en su puesto, pronto se difuminó por el poco interés de los alumnos y ahora, diez años después, el acudir a las clases supone más que nada un suplicio. El intentar que los bárbaros alumnos que acuden de mala gana a sus clases lean "El señor de las moscas" año tras año es una quimera que, además a veces se convierte en una violenta aventura. Además, sus reticencias a someterse a la conducta que siguen la mayoría de sus colegas profesores para medrar y su poca ambición hacen que se haya estancado en su puesto, viendo cómo cada año los ascensos lo esquivan sin miramientos.

 

Por si fuera poco, en su casa espera Eva, su esposa, una mujer excesiva en todos los aspectos, lo que hace que Henry tan solo quiera estar lejos de su casa, evitando  y esquivando siempre que puede su nociva y (suele ser) insultante compañía. En sus paseos con su perro, la imaginación de Wilt hace meses que construye maneras de acabar con la vida de su esposa y, con ello, alcanzar la tranquilidad que le falta.  Y ahí, tras la aparición en la obra de ampliación de su centro de estudios de lo que parece ser el cuerpo de una mujer sepultado bajo toneladas de hormigón, comienza la aventura de Henry: es acusado del asesinato de su esposa, que ha desaparecido.

 

Es difícil describir el humor de Sharpe, y no sé qué porcentaje de lectores puede llegar a reírse con el mismo. Tan solo se me ocurre decir que es escatológico, disparatado, y muy crítico con todo lo que se pone en su camino. La novela (las novelas en general de este autor) nos muestra unos primeros hechos curiosos, que nos invitan a pensar en que será una lectura ligera y no excesivamente emocionante, pero pronto comprobaremos que cada hecho narrado encajará en la disparatada historia que imaginó el autor de una forma increíble e hilarante, y no es difícil comprobar que todos y cada uno de los personajes que nos presenta son unos pobres diablos superados por las circunstancias.

 

De todos ellos, el inolvidable Henry Wilt, cuya vida parece ser una sucesión de humillaciones, tendrá una forma de redimirse en estas páginas, aunque sea tan solo parcialmente. Si puedes imaginar alguna barbaridad durante la lectura, seguramente aciertes. Pero de ninguna manera serás capaz de imaginar todas y cada una de las desternillantes casualidades que nos regala un autor que, en mi caso, consigue que me ría una y otra vez, independientemente de que ya haya leído los libros, como es el caso.


Tom Sharpe fue un escritor que consiguió su primer éxito en 1971, con la escrita en Sudáfrica "Reunión tumultuosa". Cinco años más tarde llegaría la novela que sería a la postre su mayor éxito, la que hoy traemos, y que le permitió dedicarse en exclusiva a la escritura. Con anterioridad Sharpe se había dedicado a la fotografía y también ejerció unos años como profesor. Hay que destacar que estuvo detenido y pasó un tiempo en prisión en Sudáfrica acusado de actuar como activista político y comunista en un país en la que el apartheid no admitía ninguna crítica. Tan solo destacar que los últimos años de su vida los pasó en un pueblo de Gerona, en España.

 

Tan solo son unos pequeños datos, pero lo realmente importante en la obra de Tom Sharpe, para mí, es que lleva toda la vida acompañándome. Su humor irreverente, inteligente y ácido me ha hecho llorar  a carcajadas como no lo ha logrado ningún otro autor. Hace ya muchos años que leí esta obra que hoy presento, y que supuso la primera de las cinco aventuras que el desventurado Henry Wilt nos ofreció. No esperes encontrar buena literatura en las páginas de este autor; es algo que, seguramente, hubiese estado a su alcance, pero decidió utilizar su talento en ofrecernos sus puntos fuertes: historias entretenidas y adictivas aderezadas con un humor inteligente, irreverente, a veces maleducado, un tanto sarcástico y bastante gamberro y, por qué no decirlo, un tanto depravado. No envejece.