lunes, 11 de enero de 2021

De 5 en 5: Libros obligatorios (según los padres)

 El momento en el que una persona se convierte en lector es un momento incierto, y cada uno nos hacemos (si es que nos hacemos) de una manera diferente. Sin embargo, la parte de nuestra vida en la que somos más influenciables es, sin duda, la primera parte. Es probable que, de ser un lector habitual, durante tu adolescencia también lo fueses. Creo que es la etapa más decisiva en ese aspecto. En mi caso particular no fue así, sino que esta costumbre (a veces considero que vicio) comenzó con posterioridad. Me da por pensar habitualmente que una de las posibles razones para mi tardanza en este aspecto es que no guardo buen recuerdo de ninguna de las lecturas obligatorias que leí en los centros educativos.

 

Evidentemente no a todos os habrá pasado igual, y tendréis en la memoria libros que sí os llegaron de la manera en la que no lo hicieron conmigo. Pero todo esto me hace pensar en que si ya era complicado hace treinta años elegir lecturas para desgranar en un aula es mayor la dificultad de llegar a los niños y adolescentes a través de los libros hoy en día, y que por un rato al día dejen su teléfono sobre una mesa y se zambullan en los miles de mundos que nos ofrece la lectura. Desconozco si es algo que elige cada centro, cada comunidad, cada país… Tampoco es algo en lo que vayamos a entrar, sino que en este breve listado veremos lecturas que los padres piensan que pueden inculcar valores a los alumnos (e hijos) y, al mismo tiempo, hacer que nazca en ellos un amor por la lectura que (es lo deseable) pueda perdurar.

 

Vamos a comenzar con este listado de cinco lecturas que pueden dejar huella con una de las elecciones más comunes y más habituales, que suele dejar un recuerdo en cada lector que se convierte en inolvidable: las aventuras del personaje que ideó Antoine de Saint-Exúpery hace más de 75 años pueden disfrutarse a la edad más temprana, y del mismo modo lo podemos hacer en la adolescencia o (como es mi caso) incluso en la etapa adulta. Tiene un buen puñado de frases inolvidables y es una lectura que despierta una ternura que nunca está de más, y menos en el mundo en el que nos está tocando vivir. ¿No crees? Evidentemente estamos hablando de “El principito”, y de su rosa y de su zorro, y de los sentimientos que despierta en cada uno de nosotros.

 

En la selección que traemos hoy no hay una edad determinada, sino que se tratan de varios libros que elegirían los padres para que sus hijos los leyesen, y si fuese en grupo, con su aula, mucho mejor. Así que, ya que no es una edad determinada, podemos aventurar que la siguiente aventura es un poco más apropiada para los adolescentes que tienen una edad similar a la del protagonista, un personaje inolvidable que ha de encarar los rigores de enfrentarse a la vida de adulto de una forma brusca y un tanto dura, y que hace que deseemos que su carácter no se vea moldeado en su totalidad por esa sociedad a la que ha de enfrentarse. Que conserve algo de lo que es. ¿Lo conseguirá Holden Caulfield? Yo quiero pensar que sí, pero eso ha de quedar en la imaginación de los adolescentes que lean “El guardián entre el centeno” o los adultos que seguimos releyéndolo treinta años después.

 

Si pudiésemos elegir los valores de nuestros hijos, seguramente entre los primeros en los que pienses ocupe un lugar la tolerancia y la empatía con los que sufren de alguna manera. Seguramente sea una de las preocupaciones de los padres de adolescentes que sus hijos sean víctimas de acoso escolar o, lo que probablemente sea peor, que sean los verdugos de algún compañero o compañera. Además, con la ayuda de las redes sociales ese problema se multiplica, y lo que antes era un problema puntual se puede magnificar. Así que la literatura nos puede echar una mano, y si puede llegar a las manos de los alumnos (tal vez los más jóvenes del instituto o los mayores del colegio) “La lección de August”, un libro en el que un niño ha de superar el desprecio inicial que produce su aspecto físico, puede que les ayude a ponerse en el lado correcto del problema, o que incluso sean la solución al mismo.

 

La siguiente obra que traemos y que muchos padres quieren que sus hijos lean nos muestra a otro personaje inolvidable, que tiene una gran cantidad de los valores que nos gustaría que nuestros hijos y los hijos de los demás poseyeran: esa capacidad de ponerse del lado justo aunque sea perjudicial para uno mismo, esa empatía por el dolor de los demás, esa forma de enseñar a sus hijos que en el mundo hay dolor y que hay que aprender a superarlo, y esa manera de poner sobre las demás cosas la propia dignidad, de no traicionar a la conciencia propia hace de Atticus Finch un personaje imprescindible en la literatura y (con la gran interpretación de Gregory Peck) también en el cine, y el padre que todos querríamos ser y de “Matar a un ruiseñor” una lectura muy aconsejable.

 

Por último, pero no por ello menos aconsejable, no queremos olvidarnos de lecturas de hace más de un siglo que, a priori, puede parecer que son de lectura densa y pesada, que a nuestros hijos no les va a gustar. Pero no todos los libros escritos por autores que fallecieron hace mucho tiempo son de esa manera (yo he de confesar que llegué a maldecir alguno de los libros que tuve que terminar, ya sea por lo obsoleto de su traducción o por lo que fuese) y algunos tienen más posibilidades de tener éxito entre los jóvenes y los no tan jóvenes. Por poner un ejemplo de este caso traeremos una de las obras cumbre de Jane Austen, que tiene a una pareja de personajes que da mucho juego y que, seguramente, tiene una figura femenina que pocos pueden esperar que haya sido escrita hace tanto tiempo. La obra es “Orgullo y prejuicio”, y también nos puede ofrecer diversión con una colección de valores que nunca está de más.

 

Como decía al principio, ha de ser muy complicado para los que tienen que decidirlo elegir las lecturas que han de leer los alumnos, y dar con la receta adecuada para que aprendan algo y al mismo tiempo nazca en ellos el gusto por la lectura (y no lo contrario) es complicado. Desde el punto de vista de padres hoy hemos presentado algunos de los ingredientes que, tal vez, ayuden a crear nuevos lectores y (¿por qué no?) tal vez nuevos autores que nos sigan ofreciendo lecturas que aporten valores que no hemos de perder. De todos modos, son tan solo cinco ejemplos y seguro que tú tienes alguno que elegirías. ¿Nos lo sugieres?