Sin embargo, como suele suceder, la política iba unos pasos por detrás de la sociedad y, en el valle mencionado ya no estaba bien visto el que una familia tuviese esclavos para trabajar sus tierras y hacer las tareas más duras. Aun así, la protagonista de este relato, Sapphira Colbert, está muy lejos de aceptar deshacerse de esos privilegios, y tiene un grupo de personas negras trabajando para ella. Entre ellas se encuentra Nancy, hija de Till, otra de las esclavas de la “señorita” Colbert. Nancy lleva un tiempo que nota que ha perdido el cariño o apego que le tenía su ama.
Willa Cather es una
escritora nacida en Black Creek Valley, Virginia (sí, no hace falta que busques
unas líneas más arriba, ya que es exactamente el lugar donde se desarrolla la
trama) en 1873. Entre sus logros más importantes está, sin duda, el haber
conseguido el premio Pulitzer en el año 1922 por su obra “Uno de los nuestros”.
He de confesar que no tengo mucho apego por los premios, ya que no siempre
conecto con las obras galardonadas, pero si he de elegir uno que me haya
proporcionado lecturas que me hayan llegado sin duda es el Pulitzer.
Como no podía ser
de otra manera, nos podemos hacer una idea del talento de la autora de la obra
que visitamos hoy. Un talento enorme. En esta ocasión nos presenta un grupo de
personajes liderados por una incombustible y poderosa Sapphira, que no está
dispuesta a que nadie se cruce en su camino o que intenten moverla un ápice de
sus intenciones. Su marido, Henry, honrado y apocado hombre que hace mucho
tiempo sabe que ha de vivir a la sombra de las convicciones de su esposa y
guardar una distancia prudencial con ella siempre que sea posible.
Junto a ellos conoceremos con detalle el comportamiento y las tareas que han de realizar los esclavos y, sospecho, para ello la autora se valió de sus conocimientos personales y de las historias que habrá oído de voz de sus familiares. Además Willa Cather es capaz de transportarnos literalmente a los paisajes de la montaña en la que se crio, con unas descripciones que parecen querer salir del papel.
Hasta el momento he desgranado las virtudes de
la autora (muchísimas) y de la obra que traemos hoy, pero también he de poner
en la balanza lo que he echado en falta: lamento haber sentido que la obra no
fue una obra maestra por (a mi parecer) un argumento no suficientemente
trabajado. Además, da la impresión de que la intención de la autora de plasmar
el mayor número posible de caracteres y de comportamientos, incluyendo para
ello a muchos personajes, hizo que se profundizase menos en todos ellos,
dejando un poco huérfana la trama. Es evidente que no estoy capacitado para poner nota a una obra pero sí intentaré expresar que resultó una lectura notable pero, de haber tenido más consistencia la trama, hubiese sido una experiencia de un sobresaliente mayúsculo. Una lectura agradable.