Grover es un
avispado, educado e inteligente niño de doce años que intenta ayudar en lo que
puede a sus vecinos para, así, recibir alguna moneda (o equivalente) como pago y poder permitirse algún capricho de vez en cuando, tal y como es visitar la tienda de dulces. La plaza en la
que se encuentra el negocio de su padre (que trabaja con la piedra) es prácticamente su mundo, y para él es
una especie de ritual asomarse a cada uno de los escaparates que se encuentran en ella y en
los que puede encontrar variopintos artículos que se encuentran a la venta. Además, observa de forma habitual los efectos que la luz del sol producen en cada parte de su mundo. Nos podemos hacer una idea de la sensibilidad que posee y, además, nos daremos cuenta de que el
niño tiene una integridad que supera con creces a la de alguno de los
adultos con los que se encuentra.
Se trata de Thomas Wolfe, autor nacido en Asheville en el
año 1900 y fallecido en 1938 debido a una tuberculosis. En 1904, siendo tan
solo un niño, se desplazó a Saint Louis con su familia para aprovechar la
afluencia de visitantes que iba a tener esa ciudad debido a la celebración de
la Exposición Universal de ese año. Y Thomas era el hermano pequeño de Grover.
Sí. Lo has adivinado. El relato “El niño perdido” está basada en su propia
vida, y en la trágica pérdida de su hermano mayor.
También he de decir
que vi ciertos paralelismos durante la lectura con Faulkner (por ejemplo la misma historia contada desde diferentes puntos de vista), aunque en este caso Wolfe usa un tono menos
agrio, más lírico y más accesible. También más bello. Como curiosidad, he de decir que al
terminarlo hice una búsqueda en Google (lo confieso) en la que escribí “Thomas Wolfe
Faulkner” y fue gratificante comprobar que el propio Faulkner pensaba de él que
era el mejor escritor de su generación. Yo también lo creo. Y creo que esa
muerte nos privó de un enorme talento. Sin embargo algo nos queda de lo que podría habernos regalado, y entre lo que sí quedó publicado nos encontramos este bello relato homenaje a su hermano perdido.