miércoles, 17 de marzo de 2021

"Una suerte pequeña", de Claudia Piñeiro

 

Es muy probable que, en caso de que cada uno de nosotros echemos la vista atrás veinte años, no dé la impresión de encontrarnos con una persona diferente de la que éramos entonces. Ése es el trago por el que ha de pasar la protagonista de esta historia, Mary, ya que ha de volver a ese punto de su vida, dos décadas antes, y además de ello también a la ciudad, al país que abandonó entonces. Las obligaciones laborales hacen que el avión en el que viaja pose sus ruedas en Buenos Aires, muy cerca del destino final del viaje, con lo que se hace inminente que Mary haya de enfrentarse con su pasado.

 

Y el (complicado, enrevesado, intrigante) pasado de Mary lo vamos conociendo a medida que evalúa un centro educativo recabando una serie de datos que harán llegar a la conclusión de si reúne o no las condiciones indispensables para impartir el método educativo que propone la institución para la que Mary trabaja, en la lejana y fría ciudad de Boston. Pronto nos damos cuenta de que el viaje que, en principio, tan solo iba a ser de ida y que la protagonista realizó hace tanto tiempo, fue a consecuencia de un hecho traumático. No tendremos prisa por conocer qué sucedió exactamente, ya que las dosis que nos va suministrando de esa historia pasada la autora son suficientes para mantener la tensión a medida que avanza la acción.

 

En ese proceso vamos a sufrir con y por ella, y temeremos como si nos fuese a pasar a nosotros con la duda de si será reconocida por alguien, por cualquiera de las personas con las que se pueda encontrar; también tendremos la incertidumbre de si será capaz de pasar desapercibida en su antiguo entorno escondida tras un peinado diferente, tras un color de pelo diferente, tras incluso un color de ojos diferente… Además, también tendremos que pasar un mal rato al visitar con ella los lugares que recuerda, y, sobre todo, la posibilidad de encontrarse con alguien: con ÉL.

 

Creo que sería contraproducente mencionar cualquier otra cosa del argumento, así que me voy a detener en este incierto punto y voy a cambiar de tercio. A pesar de tratarse de una escritora sobradamente conocida,  no tenía muchas referencias de la autora argentina Claudia Piñeiro (esa terminación de apellido tan común por estos lares me hacía pensar que era originaria de “miña terra galega”), más que el conocimiento de que los lectores que se acercan a sus historias la suelen recomendar fervientemente. Además, el poco cariño (o mejor dicho, el insuficiente interés) que me suele despertar la novela negra pura me producía ciertos reparos, y esta novela concretamente se publicita como un thriller, y a la autora se la relaciona con novelas policíacas y negras.

 

Sin embargo, yo no soy consciente de haber leído una novela negra. Acabo de terminar “Una suerte pequeña” y tengo otro sabor de boca: tengo la sensación de haber leído una acertada novela intimista que profundiza en el dolor y en la culpa, en la redención y en la rendición. En las diferentes formas de amor y en cómo éste ayuda a las personas a sacar lo mejor de sí mismas. Nos trae un brillante desarrollo de los personajes y una cuidada y esmerada puesta en escena, en una trama que nos mantiene con el corazón en un puño durante la mayor parte de la lectura.

 

No sé si encontraré lo mismo que he disfrutado en “Una suerte pequeña” si me decido a leer otro libro de la autora argentina, pero estoy seguro de que lo que ya he disfrutado (por favor, que alguien se haya fijado en la acertadísima definición de lo que es enamorarse de estar enamorado, de la persona que es uno mismo cuando se encuentra así, y también en la definición de felicidad o la ausencia de la misma) y que me ha invitado a reflexionar, a vivir con Mary, María Elena o Marilé, a sufrir y llorar con ella, a desear que un segundo lo hubiese cambiado todo…


En fin, creo que habrás advertido que “Una suerte pequeña” ha sido un acierto para mí; se trata de uno de esos libros que se meten en tu interior y que te hacen preguntarte cómo es posible no haber leído nada de esta autora hasta este momento. Vale la pena, y me parece un debut estupendo que supera el notable. Volveré con ella.