A principios del Siglo XX la
ciudad de Nueva York es prácticamente el centro del mundo, el lugar al que
personas de toda condición y de toda nacionalidad quiere acudir a comenzar una
nueva y esperanzadora vida. La estación ferroviaria Manhattan Transfer es el
enlace que lleva a los viajeros desde la ciudad de Nueva Jersey a la “tierra
prometida”. También sirve como metáfora de lo que el autor nos entrega en las
páginas de este libro, entre las que encontraremos (como en una estación)
multitud de personajes que tienen mayor o menor trascendencia en la narración.
Y es que en “Manhattan Transfer”
se respira el auge de una ciudad hambrienta, con ansias de crecer y convertirse
en el faro del capitalismo a nivel mundial, aún a sabiendas de que por el
camino ese hambre devorará sin piedad muchas ilusiones, muchos sueños y con
ellos a muchos seres humanos. Una época tan lejana y al mismo tiempo tan
vigente es dibujada por el autor estadounidense de ascendencia portuguesa de una forma que en su momento resultó impactante, y en
cierto modo aportó ideas narrativas que fueron implementadas por multitud de
autores desde entonces.
Como decíamos al principio, en
este libro veremos multitud de personajes, la mayoría de los cuales son simples
recortes que ocupan una mínima parte del “collage” en el que se convierte el
libro. Y es que la novedosa técnica narrativa empleada por Dos Passos consigue
crear una sensación de avance vertiginoso saltando de uno a otro personaje,
incluyendo recortes de prensa e integrando visiones de escenas cotidianas que nos sitúan en
el día a día de la ciudad.
De entre todos los personajes que pueblan la ciudad, sus calles y sus locales (muchos
de los cuales olvidaremos en dos páginas) cabría destacar al menos a dos de
ellos, que hacen al menos mínimamente (y de forma frágil) que el lector sienta
cierta continuidad en la narración, o al menos esos personajes resultan ser una
especie de guía en medio de la vorágine narrativa. Se trata de Ellen Thatcher,
una joven (al principio de la historia que nos ocupa) actriz de Broadway con un
futuro prometedor y que, sin embargo, nunca consigue la felicidad, lastrada
incluso durante sus tres matrimonios por el amor que sentía hacia el
incorregible Stan. También sirve de hilo conductor la vida de Jimmy Herf, heredero
de una adinerada familia que pierde continuamente su lugar en el mundo. Jimmy la mayor parte de su vida malvive como
reportero, aunque inicia una cuesta
abajo que parece no tener fin, y un desapego hacia la ciudad de Nueva York y lo
que representa que probablemente se asemeje a la visión que nos quiere mostrar
el autor.

Este libro es sin duda el más
reconocido del autor John Dos Passos (uno de los autores que formaron la
denominada “Generación Perdida”), gracias al cual consiguió por un lado el
reconocimiento de la crítica y por otro un notable éxito de ventas. De esa
generación de artistas el autor logró adquirir tal vez las más notables
características: el estilo rupturista, ese deseo de reinventar la literatura
que Faulkner llevó hasta el límite y la profunda sensibilidad social, esa forma
de intentar comprender las penurias del trabajador devorado por el sistema que tan
bien plasmó John Steinbeck.
Hace más de veinte años leí este
libro, y desde entonces se convirtió en uno de mis favoritos. Es curioso cómo
los libros adquieren diferentes tonalidades en la mente, y lo que me he
encontrado en esta lectura dista mucho de la visión que tenía de él. Tenía una
imagen más idealista, más amable, con personajes optimistas. Sin embargo, desde
el principio he notado una visión más amarga, más cruda, más realista.
Es un libro en el que el autor no
da concesiones al lector, más que el asistir a esa representación de la visión
menos común de la realidad. El lector espera (y desea) durante gran parte del
libro encontrar un hilo narrativo que le es escondido y mostrado a pequeñas dosis.
Sin embargo, una vez que renuncia a ello, el libro crece a pasos agigantados y
se convierte en ese tipo de libro del que se aprende al leer, y que una vez
terminado crece y crece en nuestra mente. Es un referente en cuanto a su estilo (imposible no deducir que nuestro Premio Nobel Camilo José Cela se inspiró en este libro para escribir su obra más notable, "La colmena"). No me cabe duda de que, dentro de
unas décadas, cuando se hagan colecciones de libros del Siglo XX, “Manhattan
Transfer” estará en cada una de ellas como lo que es, uno de los libros
imprescindibles de dicha época. Y sí, por otros veinte años al menos será uno
de mis libros favoritos.