domingo, 19 de noviembre de 2023

"Mañana y tarde", de Jon Fosse

 

Olei va a ser padre. En breve, en lo que parece una pequeña isla en la Noruega de (aparentemente) mediados del siglo pasado. Los medios son limitados, y el parto será con ayuda de la matrona más cercana, a la que se encomienda el futuro padre, que interrumpe sus labores como pescador ante el acontecimiento que se acerca. El bebé se llamará Johannes si es niño y, con total seguridad, heredará la profesión de su padre, saliendo cada día que puede a la mar con su pequeña barca, y vendiendo su pesca en los mercados que puede. 


En cuanto avanzamos en la lectura nos encontramos con un Johannes anciano (¿será el mismo Johannes, o su abuelo, o quizás...?) levantándose a comenzar un día más en lo que es su realidad: habiéndose quedado solo, tras el fallecimiento de su esposa, la independencia de sus hijos y la muerte de su mejor amigo, la rutina se apodera de él. Retirado ya, sin la necesidad de salir a pescar para ganarse la vida como ha hecho toda la vida, tal vez lo vuelva a hacer, ahora como afición.


Jon Fosse resultó galardonado con el Premio Nobel de Literatura el mes pasado. El autor noruego era, para qué nos vamos a engañar, un desconocido para mí hasta ese momento. No recuerdo haberme fijado en ninguno de sus libros, o al menos ninguno de ellos se había colado en mi lista de pendientes. Además, tampoco es que el premio referido sea uno de mis preferidos, de los que ponen a los ganadores en mi órbita literaria. No lo es. Sin embargo "Mañana y tarde" sí llamó mi atención, y consiguió hacerse un hueco en el final de 2023 en la lista de mis lecturas completadas (lo confieso, soy un lector muy infiel con las historias y de abandono fácil).


Lo que me he encontrado es a un autor con un talento indiscutible, que usa el "flujo de conciencia" como hilo narrador. Por lo tanto, intenta plasmar el pensamiento de los personajes tal y como se presenta en la mente humana: esto es, jamás de forma ordenada. Las repeticiones, inconcreciones, saltos en el tiempo y en el espacio son constantes, creando una atmósfera acertadamente desconcertante, acompañado de una puntuación que en este método narrativo jamás puede ser convencional.


El conjunto es acertado, con un flujo de conciencia inicial de Olei, acabando con el del anciano Johannes muy diferentes y diferenciados, y con una intensidad que va en aumento a medida que pasamos las páginas. Sin duda, "Mañana y tarde" me parece un libro recomendable, muestra del talento que nos puede ofrecer un autor que, creo, no era conocido en nuestro país, pero que sí disponía de un prestigio consolidado en muchos otros. A partir de ahora, con total seguridad, ese prestigio hará que sus libros nos suenen mucho más que antes.


No quisiera terminar la reseña sin dejar una nota mínimamente discrepante: a pesar del innegable talento y su capacidad para deslumbrar con su prosa, a pesar de ejecutar casi a la perfección la narración tal y como se presenta en la mente, a pesar de tener decenas de ingredientes para ser una de las lecturas del año, en ningún momento me llegó a emocionar, sino que lo viví un poco a la distancia. Seré yo. O será el momento en el que lo leí. Sin embargo, volveré en otra ocasión con el autor.