lunes, 5 de junio de 2023

"Un nuevo país al otro lado de mi ventana", de Theodor Kallifatides

 

Theodor Kallifatides es un autor griego que emigró en 1964 a Suecia, en parte por la situación política de su país (se encontraba en medio de una dictadura y él era hijo de un profesor perseguido por sus convicciones políticas) y en parte por las pocas posibilidades tanto económicas como culturales que se atisbaban en la Atenas de entonces. A día de hoy sigue viviendo en el país nórdico. A pesar de haber pasado casi seis décadas y, por lo tanto, la mayor parte de su vida en Suecia, sigue siendo considerado un inmigrante. Al igual que sus hijos, nacidos en Suecia.

 

En “Un nuevo país al otro lado de mi ventana” Theodor reflexiona en voz alta sobre lo que es ser emigrante (que suele relacionarse con la positividad) y, lo que es lo mismo, inmigrante (todo lo contrario). En un país acostumbrado a recibir extranjeros desde hace décadas en la actualidad el foco político se encuentra en este tema, ya que el grupo forma la quinta parte de la población. Kallifatides inicia su repaso a su experiencia y nos muestra su capacidad de observación a partir de uno de los muchos incidentes que sufrió en sus carnes, teniendo que lidiar con el desprecio que supone para algunos colectivos o individuos el que lo vean como inmigrante antes que como persona.

 

Si conoces la obra publicada en español de Kallifatides (sin conocer su expediente imaginé que la Filosofía estaba relacionada con él y así es, es licenciado en la misma) te puedes imaginar que en “Un nuevo país al otro lado de mi ventana” no vas a encontrar polémica, ni palabras gruesas, ni odio, ni nada que se le parezca. Tan solo reflexiones de una persona inteligente y de un escritor brillante, capaz de saltar de una exposición a otra dejando por el camino frases y frases para enmarcar (el ejemplar que leí lo tomé prestado en la biblioteca en formato electrónico, lo que supone que mi teléfono tenga decenas de imágenes con frases que no quiero dejar en el olvido, y que esperan a que tenga el libro en papel dispuesto a ser subrayado).

 

Theodor escribió poesía, novela de todo tipo, e incluso algún guion cinematográfico. También se atrevió a dirigir una película hace ya bastantes años. Sin embargo, su irrupción en el mercado literario español vino de la mano de libros intimistas (“Madres e hijos” es el mejor y más relevante ejemplo, una delicia de principio a fin) en los que tira de memoria y pone su talento en exponer su vida personal y sus argumentos de una forma cálida, con un toque humorístico muy particular, y un buen gusto innegable. Si sumamos estas lecturas en las que podemos incluir la que traemos hoy (y “Lo pasado no es un sueño” u “Otra vida por vivir”) da la impresión de que son una serie de conversaciones con una persona anciana, sabia, de esas que dejan poso.

 

Así que “Un nuevo país al otro lado de mi ventana” es una (breve) charla con ese entrañable anciano (yo lo imagino sentado en la cabecera de una mesa de madera añeja al lado de una chimenea) que sabe de la vida mucho más que nosotros y que convence con una forma de hablar irreprochable. Además, a mí me resulta imposible comentar un libro de este autor (se encuentra en el podio de mis autores vivos preferidos y su libro firmado siempre será un tesoro para mí) sin mencionar una y otra vez la palabra entrañable. Y es que así es la lectura de este libro: entrañable, inteligente, provechosa y que da la impresión que te convierte (aunque sea en un porcentaje pequeñito) en mejor persona.

 

En un mundo tan polarizado y tan excesivo (mi impresión es que el altavoz que da Internet a muchos individuos es usado a diario de una forma incorrecta y ha traído consigo más cosas negativas que positivas) como el de hoy en día en el que las opiniones se suelen arrojar o escupir con la mayor cantidad de odio posible e intentando causar el mayor daño, es un placer pulsar durante un rato el botón de pausa y adentrarse en lo opuesto a eso. Adentrarse en la calidez de Kallifatides.


Es evidente que  si necesitas una novela, aquí no encontrarás nada parecido. Pero si quieres conocer a una persona y un autor extremadamente sensible y con una humanidad evidente que se refleja tanto en su rostro como en lo que escribe, no es mala idea que te des un paseo por las páginas de “Un nuevo país al otro lado de mi ventana”.