domingo, 18 de junio de 2023

"La malnacida", de Beatrice Salvioni

 

Francesca Strada es hija única, y vive con sus padres (su padre tiene una fábrica de sombreros en decadencia y su madre fue actriz hace años) y la única sirvienta que se puede permitir una familia venida a menos. Estamos en Monza, en medio de la década de los 30 en una Europa precipitándose hacia el desastre y en una Italia sometida al régimen expansionista de Benito Mussolini, que añora la gloria de la antigua Roma y la quiere rememorar en su época.

 Así que Francesca pasa sus días con un comportamiento lo más “correcto” posible, lo que supone cumplir con exactitud las normas y formas que le impone su madre, deseosa de encajar en la sociedad fascista y con el sueño de avanzar tanto ella como la fábrica de sombreros en la escala social hasta la mayor altura posible. Por lo tanto, Francesca cumple de manera dócil y obediente su papel con un futuro claro: convertirse en tan solo unos años (de momento tiene trece años y todavía no ha llegado el momento en el que su madre le explique lo que es "ser mujer") la esposa del joven que más convenga a sus intereses. Y, por supuesto, no mezclarse con las personas de la clase inferior a la suya. Y dentro de ese grupo de personas, resulta impensable que se mezcle con la que más lejos está de su estatus: se trata de Maddalena, conocida y nombrada en toda la localidad como “La malnacida”.

 

Su nefasta fama viene de una serie de hechos desgraciados sobre los que los vecinos le atribuyen una especie de influencia (¿esotérica? ¿superstición?) directa e infame. Por supuesto la madre de Francesca le prohíbe incluso dirigirse a Maddalena, lo que le traería grandes sufrimientos y correría un grave peligro (y por supuesto también la condenaría al comodín del infierno). Sin embargo, un encuentro fortuito con la joven hace que nazca una amistad y una fascinación que cambiará la vida de Francesca para siempre. “La malnacida” narra el primer año de la relación de amistad entre Francesca y  Maddalena.

 

El dibujo que hace la debutante Beatrice Salvioni de la sociedad es mordaz e inteligente (y lo suficientemente directo como para que se entienda sin medias tintas) y sirve de fondo de una historia que tiene fuerza y originalidad. La lectura de “La malnacida” es digerible, con un inicio que engancha y te hace querer conocer un poco más de esa figura que hace tambalear los cimientos de la vida de Francesca, y que ejerce una influencia (al final hemos de valorar si es positiva o negativa) imparable y arrolladora. La etiqueta de debutante de la autora es un mero trámite, ya que la historia está construida de forma hábil y está llena de efectismos que hacen que leamos deseando llegar y al mismo tiempo deseando no llegar a un final que suponemos.

 

Creo que “La malnacida” es un libro “balanza”, contradictorio en el sentido de que me parece convencional y original al mismo tiempo (no sabría calcular los porcentajes de cada uno de los ingredientes), complaciente e irreverente en diferentes dosis que a veces inclinan la balanza hacia un lado y en otras ocasiones hacia el otro. Tal vez en esa disparidad encuentre su equilibrio. 

Lo que sí puedo decir es que lo leí con gusto y con interés, y que lo comencé fascinado por una portada poderosa que funciona como gancho antes de leer (y te aconsejo que lo hagas del mismo modo si te interesa la historia) esas alabanzas editoriales que suelen perjudicar más que favorecer (por poner el listón más alto de lo que debe estar en cada comienzo de libro). Interesante y ameno.