Así comienza una novela, la que
Cormac McCarthy titula “El pasajero”, situada en el tiempo en 1980 y en la que
poco a poco (en ocasiones en un ambiente que podríamos describir como
ensoñación) perderemos interés en la historia inicial e iremos conociendo retazos del pasado de Bobby, de su origen y de su
formación, de la relación con su padre (un brillante científico que participó
en el Proyecto Manhattan que derivaría en las únicas dos bombas nucleares que fueron
utilizadas contra poblaciones, una con uranio.235 en Hiroshima y otra con
plutonio-239 en Nagasaki) y, sobre todo, con su hermana, de la que pronto
sabremos que decidió acabar con su vida unos años atrás.
Por otro lado, en el mismo libro
y como si de otra novela se tratase, el grandioso autor nos presenta una serie
de transcripciones de las grabaciones que realiza un psiquiatra que trabaja en
el sanatorio mental llamado Stella Maris a raíz de la aparición voluntaria de
una paciente que tan solo pretende ser ingresada y cuyas pertenencias se
limitan a una bolsa con 40000 dólares del año 1972, ocho años antes de que comience
la acción de “El pasajero”. La paciente es Alice Western, que insiste en que se
le llame Alicia. Su diagnóstico (de anteriores visitas a ese hospital
psiquiátrico) es de esquizofrenia paranoide. Sí, Alicia es la hermana de Bobby.
La inteligente y brillante hermana de Bobby.
Sin embargo… es uno de los
mejores libros que he leído. A pesar de su complejidad, de la experimentación
en su estructura que nos hace ser rehenes de los deseos de un autor que da la
impresión de escribir para sí mismo sin importarle lo más mínimo si es vendible
o no, he encontrado en las más de seiscientas páginas decenas, centenas de
pensamientos y reflexiones difíciles de igualar. Filosofía, matemáticas y filosofía aplicada a las matemáticas, vida y
sobre todo muerte, religión, lucidez y locura, física, la estructura del subconsciente, la
fisonomía de las obsesiones, decenas de dudas, todo aderezado con la representación de algunos momentos históricos
(como el asesinato de J.F.K. por ejemplo) son expuestos de una forma que ponen
al libro y al autor a otro nivel, a un nivel que creo que perdurará.