viernes, 6 de enero de 2023

"La promesa", de Damon Galgut

 

Amor es la hija pequeña de Rachel. Vive en un colegio en régimen de internado, y la causa parece ser que es la forma menos nociva de que viva la enfermedad de su madre, o tal vez que su cuidado sea una carga menor durante ese amargo trago. Una vez fallece Rachel, Amor ha de volver a casa, a enfrentarse a la visión de los restos mortales de su madre, y a encararse con familiares y amigos durante el (extraño e inesperado por todos) funeral que sucederá al fallecimiento.

 

Sin embargo Amor no sabe si es capaz de afrontar todo eso. Introvertida por naturaleza, para sus familiares es una persona extraña, y más desde hace unos años, cuando un rayo la alcanzó en la finca de su propia granja. A pesar de estar encerrada en sí misma, Amor es capaz de percibir más de lo que los adultos suponen, y una de esas percepciones será la que centre la historia que se nos cuenta e incluso el título del libro: Amor escuchó cómo Rachel hizo prometer a su marido y padre de Amor, Manie,  que se encargaría de cumplir un cometido muy concreto.

 

Se trata de otorgar a Salomé, la persona que asiste a Rachel y cuida al mismo tiempo de la gran casa en la que vive la familia, la titularidad de la (casi podríamos decir infra-) vivienda en la que vive, sin cristales en las ventanas, y sin la menor comodidad a la vista entre esas cuatro paredes. Pocos beneficios aporta esa casa a Manie y a su familia, y además la promesa realizada a una persona moribunda es de obligatorio cumplimiento, ¿verdad? Eso piensa Amor, pero pronto se encontrará con la oposición de su familia. Tal vez la única aliada de Salome en este asunto sea la perseverancia de la niña. Pronto veremos si la promesa se convierte en papel mojado.

 

El entorno en el que nos sitúa la historia es una granja en Sudáfrica, en los años ochenta, en la mayor efervescencia de la lucha racial para acabar con el Apartheid que vivían las personas de color, supeditadas a colonizadoras que ocuparon el país hace tantos años. Salome, como puedes suponer, es una de esas personas de la raza oprimida por el hecho de pertenecer a ella, y con pocas esperanzas de mejorar. De la mano de Damon Galgut veremos cómo evoluciona esa lucha contra la segregación racial durante cuatro décadas. Una lucha que todavía no dio sus frutos y la desconfianza (mutua) queda bien plasmada en el libro.

 

A pesar de lo trascendente que es el entorno y la época narrada, es tan solo uno de los ingredientes que forman la historia y creo que lo más brillante de “La promesa” está lejos de lo político y lo social y se encuentra en la letra pequeña: en el desarrollo de los personajes que nos presenta el autor. Amor, sus hermanos y su padre, además de algunos personajes adheridos a una historia que nos viene contada en cuatro momentos importantes para la familia y allegados son una muestra de la capacidad del narrador para regalarnos su literatura, que logró el premio Booker (no tengo ni idea de si es prestigioso o no, pero es una etiqueta que viene con el libro) en 2021.

 

La historia está narrada de una forma extraordinariamente fresca y original, sustentada en cuatro momentos que nos mantienen en el barro, en esa universal y eterna lucha del ser humano por intentar cambiar las cartas que le otorga la vida, y cómo en ese camino muchas personas pierden a menudo las esperanzas e incluso sus valores, llegando en ocasiones a modificarlos, o a extirparlos sin remordimientos en los casos más extremos. 


“La promesa” muestra ese viaje hacia el desconsuelo o la frustración envuelto en un tono acertadamente satírico capaz de ridiculizar muchas costumbres y comportamientos, y salteado con un humor que nos puede sacar algo más que alguna sonrisa (por favor, no se pierda el lector el guía espiritual que llega a resultar cómico) y con un narrador cuando menos curioso, usando una tercera persona que en muchas ocasiones se traviste de primera persona, dando al conjunto del libro la sensación (a mí me lo parece) de que será una obra a recordar, de las que perdura y recibe muchas reediciones. En resumen, me parece un libro repleto de buena literatura y de originalidad (y como suele pasar con todos los libros, no es para todos los lectores ni para todos los momentos lectores).