sábado, 14 de enero de 2023

"Quédate conmigo", de Elizabeth Strout

 La pequeña comunidad rural de West Annett necesita un nuevo pastor para una de sus iglesias (lo siento pero me pierdo en el extenso catálogo de religiones que existen así que tan solo diré que es una de las que reconocen la figura de Cristo) y han pensado en el joven y prometedor Tyler Caskey. Como primera toma de contacto miembros destacados de la activa sociedad local organizan una cena a la que invitan a Tyler y a su esposa, Lauren, y en la que el ministro eclesiástico causa buena impresión.

 

A raíz de ello, deciden darle una oportunidad y le permiten oficiar el sermón un domingo. Su capacidad de oratoria genera impacto entre los fieles, acostumbrados a sermones soporíferos y no tan estimulantes y reflexivos como el que les ofrece Caskey y deciden contratarlo inmediatamente. Por ello Tyler y Lauren se mudan al pueblo, a la vivienda que les proporciona la Iglesia, situada en una remota y destartalada granja. Estamos en la década de los 50. En esa granja viven unos primeros años en los que tienen dos hijas, pero la enfermedad y posteriormente fallecimiento de Lauren lo cambia todo. Tyler ha de lidiar con el vacío que eso supone y con la imposibilidad de criar él solo a sus dos hijas. De hecho ha de separarlas ya que esa incapacidad (incluso económica) precisa de la ayuda de su propia madre. Tal vez la sociedad de West Annett, a la que tanto ofreció Tyler desde que llegó a instalarse entre ellos, le devuelva la moneda de la misma manera. Pero para saber eso tendremos que leer el libro que traemos hoy.

 

Elizabeth Strout ganó el Premio Pulitzer de Ficción en 2009, con la obra “Olive Kitteridge”. En ella nos presenta trece capítulos/cuentos en los que muestra una geografía física y humana de un pequeño pueblo en Maine. Ni mucho menos fue el único éxito de Strout, ya que entre otros libros llegó a colocar en muchas casas las historias (ya va por la cuarta, aunque en España estamos esperando por ella) de Lucy Barton y la brillante continuación y conclusión de la historia de Olive Kitteridge, titulada “Luz de febrero”. Al mencionar estos títulos solo quiero situar a la autora, que tiene un considerable éxito tanto de crítica como de ventas. Y, ya que estamos, tiene un ejército de seguidores entre los que me incluyo sin dudarlo.

 

“Quédate conmigo” (Abide with me) es el último y reciente lanzamiento en España de una de sus obras. Se trata, si no me equivoco, de la única obra que quedaba por publicar de la autora, y es anterior a sus premios y a sus obras más conocidas. Esta forma de rescatar las obras primerizas de autores de éxito suele traer lecturas agridulces, en las que la calidad que encontramos en sus obras cumbres suele estar ausente en las anteriores. Pero afortunadamente no es el caso. Aunque para ser sincero las obras (la mayoría de ellas) de Elizabeth Strout tienen dos importantes problemas.

 

El primero es el nombre de la persona que las firma: al menos a mí el leer Elizabeth Strout en un libro me genera expectativas difíciles de saciar. El segundo problema de las obras de Strout también tiene nombre: Olive Kitteridge. Mucho me temo que es un personaje insuperable, y la genial forma en la que usa la tercera persona y entrelaza capítulos (mini cuentos cada uno con su calidad diferente a los otros situados en Crosby, Maine, un pueblo tan ficticio como West Annett) creo que es su cumbre y no llegará de nuevo a ese nivel.

 

Pero esos problemas son menores en cuanto empiezas a leer. Porque en todas y cada una de las obras de Strout hay calidad, hay un despliegue de conocimiento del interior de las personas sobresaliente y destila una sensibilidad (que no sensiblería) muy suya, que hace que el lector se sienta cómodo, familiarizado con lo que lee. En “Quédate conmigo” me sorprende de nuevo, con un personaje principal que yo temía fuese a resultar perfecto (un pastor suele ser pintado con un racimo de virtudes) pero no lo es, como no lo es ningún personaje de Strout. Además regala elegancia en la escritura, que mezcla con sobriedad y sutileza para hacernos llegar unas reflexiones de esas que piensas durante la lectura y crecen a posteriori, una vez terminado el libro, que se queda unos días con nosotros.

 

“Quédate conmigo” es un excelente libro capaz de superar el hecho de ser de Elizabeth Strout y de no ser de Olive Kitteridge. Por decirlo con otras palabras, sin en lugar de estar firmado por Strout lo hubiese escrito otro autor o autora también se convertiría en uno de mis preferidos y seguiría leyendo sus historias, que (de momento) me han regalado muchos maravillosos momentos lectores. Provechoso.