La
madre de Timandra, de nombre Teodoti, ejerció también con mucho éxito la misma
profesión y, desde que nuestra protagonista era tan solo una niña, le enseñó cómo debía actuar para
cosechar un éxito similar y ser reclamada por las personas más influyentes de
su entorno, de la Atenas que tantos nombres nos trae a la mente. Y, según vamos
avanzando en la lectura, nos damos cuenta de que Timandra aprovechó de buena
manera esos consejos, y fue capaz de heredar el mismo prestigio (o incluso
mayor) que el que su madre pudo alcanzar. Hay que decir que Timandra es una persona que existió, y que lo que leemos es una novela basada en personajes y hechos que quedaron escritos en los libros de historia.
De
forma paralela, y seguramente la parte más importante de la historia que nos
regala Kallifatides, se desarrolla lo que Timandra siente por un hombre desde
el mismo momento en que lo ve, siendo una niña, hasta el momento en el que
decide contar su historia: se trata del (al parecer bellísimo) estratega (algo
así como general hoy día pero con una influencia en la sociedad que no podemos
calibrar) Alcibíades.
Creo
que una de las mayores virtudes del autor al narrar este libro es librarse del
tic (muy común) de otorgar a los personajes valores actuales, y privarlos de
esa manera de la credibilidad necesaria. En muchos libros situados siglos atrás
nos encontramos con protagonistas que resultan abanderados de las luchas
políticas y sociales contemporáneas (en la línea de puntos pon la primera que se te
venga a la mente: …………………………) cuando todos somos conscientes de que es algo
anacrónico. En este caso (afortunadamente) no se utiliza el espacio físico y
temporal como un simple escenario, sino que es parte importante de lo que se
nos quiere contar.
“Timandra” es un excelente libro,
contado con el buen hacer de uno de los autores más interesantes de las últimas
décadas y que, en poco tiempo, se ha hecho uno de mis preferidos. Theodor
Kallifatides hace muy poco que vio desembarcar su literatura en España, y me
parece inconcebible que hayamos tardado tanto en descubrirlo. Sin embargo, tan
solo puedo agradecer a la editorial Galaxia Gutemberg el habernos regalado sus
libros. En el puñado de libros que he podido leer (uno de ellos firmado de su
puño y letra estará para siempre en mi estantería de honor y en la caja fuerte
de mis recuerdos) he encontrado a un autor que, a falta de otra manera mejor de
definirlo, me parece que escribe libros clásicos. Es irrelevante que “Timandra”
se haya publicado en 2022 (en 1994 fue su lanzamiento) porque podría haberse publicado en 1930 y
conservaría ese tono de gran literatura que va adherido al autor. Es evidente,
como todo, que tan solo un porcentaje de los lectores compartirá mi opinión y
mi admiración, pero creo que aunque no te guste el resultado final, al menos
tendrías que darle una oportunidad a Kallifatides. Y si tienes tanta suerte
como yo, descubrirás a un grande. Si no te llega su lectura, perderás un par de
horas tan solo.
Recomiendo “Timandra” (también es de las novelas preferidas del autor) y sus
múltiples definiciones del amor, sus innumerables lecciones de vida y su
excelente lienzo sobre la que se nos dibuja esa sociedad clásica que (de
momento) sobrevive en los libros de historia. Es una apuesta valiente y
acertada a la que suma el talento innegable para hacer pensar y sentir al
lector, entre infinidad de frases concebidas para ser subrayadas y recordadas. Kallifatides. Indispensable.