martes, 17 de mayo de 2022

"Timandra", de Theodor Kallifatides

 

Hetera o hetaira​ es el nombre que recibía en la antigua Grecia una clase distinguida de chica de compañía, la cual generalmente desempeñaba funciones de artista, contertulia, prostituta y acompañante. Con esa palabra, hetera, se nos presenta la protagonista de este libro: Timandra. Con la elección de esa palabra pronto nos imaginamos que estamos en la Grecia clásica, y también en las primeras páginas nos daremos cuenta de que se desarrolla la historia que nos quiere contar la protagonista unos cuatro siglos antes del inicio de nuestro calendario, durante la Guerra del Peloponeso que ocupó durante unas décadas a Esparta y Atenas, además de los pueblos que se aliaron con ellas.

 

La madre de Timandra, de nombre Teodoti, ejerció también con mucho éxito la misma profesión y, desde que nuestra protagonista era tan solo una niña, le enseñó cómo debía actuar para cosechar un éxito similar y ser reclamada por las personas más influyentes de su entorno, de la Atenas que tantos nombres nos trae a la mente. Y, según vamos avanzando en la lectura, nos damos cuenta de que Timandra aprovechó de buena manera esos consejos, y fue capaz de heredar el mismo prestigio (o incluso mayor) que el que su madre pudo alcanzar. Hay que decir que Timandra es una persona que existió, y que lo que leemos es una novela basada en personajes y hechos que quedaron escritos en los libros de historia.

 

De forma paralela, y seguramente la parte más importante de la historia que nos regala Kallifatides, se desarrolla lo que Timandra siente por un hombre desde el mismo momento en que lo ve, siendo una niña, hasta el momento en el que decide contar su historia: se trata del (al parecer bellísimo) estratega (algo así como general hoy día pero con una influencia en la sociedad que no podemos calibrar) Alcibíades.

 

He de confesar que no tenía ni idea de la relevancia de Alcibíades en la historia de la Grecia clásica, pero tampoco me parece importante conocerlo, ya que de la mano de Kallifatides y en boca de Timandra nos haremos una idea muy cercana de cómo nació, creció y cada una de las (algunas desconcertantes y ciertamente controvertidas) etapas de su vida. Además, gracias a los pensamientos de Timandra nos haremos un esquema de la sociedad ateniense que, a falta de una máquina en la que nos pudiésemos transportar en el tiempo, me parece muy acertada.

 

Creo que una de las mayores virtudes del autor al narrar este libro es librarse del tic (muy común) de otorgar a los personajes valores actuales, y privarlos de esa manera de la credibilidad necesaria. En muchos libros situados siglos atrás nos encontramos con protagonistas que resultan abanderados de las luchas políticas y sociales contemporáneas (en la línea de puntos pon la primera que se te venga a la mente: …………………………) cuando todos somos conscientes de que es algo anacrónico. En este caso (afortunadamente) no se utiliza el espacio físico y temporal como un simple escenario, sino que es parte importante de lo que se nos quiere contar.

 

“Timandra” es un excelente libro, contado con el buen hacer de uno de los autores más interesantes de las últimas décadas y que, en poco tiempo, se ha hecho uno de mis preferidos. Theodor Kallifatides hace muy poco que vio desembarcar su literatura en España, y me parece inconcebible que hayamos tardado tanto en descubrirlo. Sin embargo, tan solo puedo agradecer a la editorial Galaxia Gutemberg el habernos regalado sus libros. En el puñado de libros que he podido leer (uno de ellos firmado de su puño y letra estará para siempre en mi estantería de honor y en la caja fuerte de mis recuerdos) he encontrado a un autor que, a falta de otra manera mejor de definirlo, me parece que escribe libros clásicos. Es irrelevante que “Timandra” se haya publicado en 2022 (en 1994 fue su lanzamiento) porque podría haberse publicado en 1930 y conservaría ese tono de gran literatura que va adherido al autor. Es evidente, como todo, que tan solo un porcentaje de los lectores compartirá mi opinión y mi admiración, pero creo que aunque no te guste el resultado final, al menos tendrías que darle una oportunidad a Kallifatides. Y si tienes tanta suerte como yo, descubrirás a un grande. Si no te llega su lectura, perderás un par de horas tan solo.

 

 

También he de decir una cosa y espero que no se malinterprete. Como me ha pasado en alguna ocasión con otros autores, con “Timandra” me sucede que, viendo cuál es la literatura que más me llega del autor (una visión personal de su propia vida que me parece inconmensurable, en la que podemos incluir “Otra vida por vivir”, “Madres e hijos” y “Lo pasado no es un sueño”), el encontrarlo en otro registro me da la sensación de que se queda un escalón por debajo de su cima creativa. Y un escalón por debajo de la cima de Kallifatides (para mi gusto) solo se puede definir como un excelente libro, que muchos autores darían su vida por escribir. Pero echo en falta ese último escalón…

 

Recomiendo “Timandra” (también es de las novelas preferidas del autor) y sus múltiples definiciones del amor, sus innumerables lecciones de vida y su excelente lienzo sobre la que se nos dibuja esa sociedad clásica que (de momento) sobrevive en los libros de historia. Es una apuesta valiente y acertada a la que suma el talento innegable para hacer pensar y sentir al lector, entre infinidad de frases concebidas para ser subrayadas y recordadas. Kallifatides. Indispensable.