jueves, 4 de febrero de 2021

"El ruletista", de Mircea Cărtărescu

 

Un escritor cuyo mejor momento parece haber quedado muy lejos en el tiempo, se encuentra enfermo aparentemente de gravedad y convencido de que el tiempo que le queda es escaso. En esas circunstancias sufre por no haber podido escribir la obra maestra que piensa tenía dentro. Por ello, aunque sabe que será un proceso prácticamente inviable por el vertiginoso avance de su fin, decide intentar escribir su último relato. Quién sabe, tal vez retome esos tiempos en los que se codeaba con los mejores autores de su generación, y retome aquel talento que hacía presagiar una carrera literaria que no llegó al punto deseado.  

 

Para ello, para gastar su última bala, se vale de los recuerdos que guarda de uno de los personajes más peculiares que ha llegado a conocer: el ruletista. Aunque probablemente caiga en el olvido con el paso del tiempo, el narrador/escritor nos muestra cómo un espectáculo que nació en la clandestinidad y en las más precarias instalaciones, en las que un promotor sin escrúpulos intentaba convencer al indigente con menores pretensiones económicas que valía la pena ponerse ante un grupo de personas por un puñado de billetes.

 

¿Y en qué consistía el espectáculo que era ofrecido en los más sórdidos antros de la ciudad? Un grupo de espectadores decidían apostar su dinero de esta manera: el promotor mostraba un revólver con capacidad para albergar seis balas, introducía tan solo una en el tambor giratorio, quedando cinco de los espacios vacíos, y lo giraba sin mirar la colocación de la única bala. En ese momento entregaba al indigente el revólver quien, manteniendo sus ojos tapados, ponía el arma en su sien y, tras unos segundos, apretaba el gatillo. Tan solo había dos opciones: vida o muerte del indigente.

 

Los afortunados que no percutían ninguna bala, sino que resultaba que la bala se encontraba en otro de los agujeros, solían no volver a intentar esa hazaña, sino que se retiraban con el poco dinero que obtenían. Sin embargo, alguno de ellos decidía ponerse cara a cara con la muerte y tentar de nuevo a la suerte, lo que aumentaba el interés de los apostadores. Rara vez llegaban a una tercera. Sin embargo, el legendario ruletista que nos recuerda el escritor que narra la historia cambia ese concepto, y también saca de la clandestinidad y la pobreza un espectáculo que lo convierte en una celebridad.

 

“El ruletista” es una de las obras más destacadas del autor rumano Mircea Cărtărescu, seguramente el más célebre en la actualidad y un habitual en las listas que, año tras año, pronostican el vencedor del Premio Nobel de Literatura. A pesar de ser un relato corto, está contenido en él gran parte del talento del escritor, y lo que a priori parece una historia menor, se convierte en un gran ejercicio literario en el que nos convertimos al mismo tiempo en lectores y espectadores, en apostadores y sentimos la adrenalina que viven los que asisten al espectáculo. Pero al mismo tiempo es capaz de mostrarnos la angustia que siente el (des)afortunado protagonista.

 

Creo que la fórmula que empleó el autor rumano en el que los ingredientes de tensión, reflexión, y una narración sustentada por un (al principio desconcertante) escritor en un proceso creativo complicado hace que el resultado sea cercano a redondo, siendo “El ruletista” un cuento que vale la pena leer y que, como me ha resultado a mí, parece ser un sobresaliente acercamiento a un escritor de lo más interesante. Por si no te has convencido solo me queda indicar que la edición que he leído es "un Impedimenta", lo que viene siendo sinónimo de cuidado y buen gusto.