La aparición del
cine hace ya más de un siglo supuso un impacto descomunal en la sociedad de por
aquel entonces. Se fue haciendo un sitio inconfundible entre los gustos de la población poco a poco. Sería injusto señalar que hoy día no supone el mismo impacto,
ya que en la actualidad el porcentaje de población mundial como el número en sí
que tiene acceso al cine, a las películas, es abrumador. Así, el cine trajo
consigo un cambio en muchos aspectos.
Como en Un libro en
las Antípodas nos dedicamos a comentar aspectos que tienen que ver con la
Literatura, hemos de destacar que hay una relación muy estrecha entre el cine y
los libros. A pesar de la evidente influencia de los relatos en los guiones de
películas, también hay una influencia inversa; por poner un ejemplo, las
descripciones que usan los escritores actuales son mucho menos minuciosas y
extensas, ya que dan por hecho que el lector es capaz de hacerse una idea mucho
más rápida gracias al apoyo visual que ha tenido a lo largo de su vida.
Dado que el ejemplo
que acabamos de exponer puede resultar un poco vago e incompleto, vamos a
apoyarnos en la memoria gráfica. Si desde aquí describimos a un personaje como
un “mago con túnica y capucha, con pelo
y barba blancos y largos, y que camina apoyándose en una vara larga”
probablemente haya venido a tu mente el Gandalf que nos trajo Peter Jackson
para “El señor de los Anillos”, o quizás incluso al mundo visual de Harry
Potter. Así, en unas pocas palabras tu mente (probablemente) haya recreado algo
que ya has visto. Sin embargo, cuando J.R.R. Tolkien creó a su Gandalf no
existía esa memoria visual, por lo que sus descripciones habían de ser a la
fuerza mucho más exhaustivas. Esperamos haber explicado mejor la influencia que
deseábamos señalar.
Así, en
innumerables aspectos influye directa o indirectamente el cine. La Historia
cambia a medida que avanza el mundo, y no es de extrañar que se sigan haciendo
películas de guerras terminadas hace ochenta años, ya que con ello se quiere
extender una (u otra) visión de la historia. En ese aspecto se puede decir que
la Literatura es utilizada del mismo modo, y en algunos libros se intenta crear
una historia a medida rodeada de simple entretenimiento. Sin embargo, vamos a
centrarnos hoy en un aspecto concreto de la relación entre el cine y los
libros.
De entre todos los
premios cinematográficos del mundo, si buscamos los más prestigiosos
seguramente giremos nuestra mirada hacia Venecia, Berlín o Cannes (de los que
aquí conocemos). Sin embargo, si preguntamos por el más conocido, sin duda
todos diríamos el Oscar de la Academia. Creados en la década de los veinte del
siglo pasado, contribuyeron a dar glamour a Hollywood y a la industria que tuvo
y tiene su epicentro en dicha localidad.
Desde entonces y
hasta hoy pasaron cientos de estrellas del celuloide por la tradicional
alfombra roja que supone la entrada a la entrega de premios. Unos premios que
otorgan a los nominados unos meses de celebridad, que se convierten en
prestigio perenne de lograr la codiciada estatuilla. Así, les acompañará para
siempre la frase “Del/la ganador/a del Oscar de la Academia…”. De entre los
premios más preciados encontramos el de Mejor Película, Mejor Actor, Actriz,
Dirección, y el mejor Guión, sea original o adaptado. Y en ésta última opción
queremos poner el foco hoy.
Si buscamos entre
las películas que obtuvieron el galardón a la Mejor Película desde el primer
año, acaecido en 1928, encontraremos un buen puñado de excelentes películas (
y, ¿por qué no decirlo? con algunas que no lo son) y de entre ellas, de un
primer vistazo, una mayoría de películas que están basadas en libros.
Ya en 1930, apenas
dos años después de organizarse la primera entrega, nos llega la adaptación
cinematográfica de “Sin novedad en el frente”, de Erich Maria Remarque. Si te
parece, iniciaremos un breve repaso de las películas basadas en libros que
resultaron ganadoras destacando desde este instante, desde 1930, una película
por década.
Sin duda alguna, a
pesar de haber otras películas dignas de reseñar, hemos de recordar la obra de
Margaret Mitchell, que hoy día sigue vendiendo ejemplares a miles, como la
adaptación cinematográfica más exitosa y recordada de los años 30. Seguro que
en algún momento de tu vida pronunciaste alguna de las frases que se decían en
la superproducción “Lo que el viento se llevó”, protagonizada por una Clark
Gable que será para siempre Rhett Butler y una Vivien Leigh que será recordada
como Scarlett O´Hara. En esta primera década, 6 de las 10 películas premiadas
estaban basadas en libros.
Será difícil
encontrar otro éxito de esas características, pero si avanzamos hacia la década
posterior, marcada por la Segunda Guerra Mundial, nos encontraremos con joyas
ganadoras como “Qué verde era mi valle”, de Richar Lewellyn o la tantas veces
adaptada “Hamlet”, de William Shakespeare. Sin embargo, si hemos de elegir una
adaptación memorable de los años 40 (recordamos, premiada con el Oscar a la
Mejor Película) nos quedaremos con “Rebeca”, de Daphne du Maurier, ya que la
adaptación del realizador británico Alfred Hitchcock nos regaló con ella otra
forma de hacer cine, e influenció en gran manera en las películas de la época.
Hay que señalar que por aquellos años Hollywood se nutría de excelentes
escritores para realizar sus guiones, algunos de ellos los más célebres de su
época, lo que repercutía directamente en la calidad de las películas. En la
década de los cuarenta, ocho de las diez películas premiadas estaban basadas en
libros.
A medida que
avanzamos en la historia del cine nos vamos encontrando con otros estilos,
otras preferencias. La guerra que quedó atrás tuvo en los 50 una gran
representación en los títulos que llegaban a las salas de cine, aunque también
predominaban los western y las películas basadas en motivos religiosos. A pesar
de que, al revisar el listado de películas premiadas en esta década, nos
encontremos con títulos como “Eva al desnudo”, de Morgan Elaine, o “El puente
sobre el río Kwai” (¿estás silbando?), basado en la obra de Pierre Boulle,
sería injusto no reconocer que “Ben Hur” fue la película más exitosa de la
época, siendo premiado con 11 estatuillas, lo que la convirtió en la película
más premiada durante décadas. Tengo la impresión (que no he confirmado) de que
es la película más premiada, ya que películas posteriores obtuvieron el mismo
número pero habiendo entonces ya más categorías. En esta década de los 50 seis de las diez películas premiadas estaban
basadas en libros.
En unos pocos
párrafos ya hemos repasado varias décadas, y en este párrafo toca revisar las
premiadas en la década de los 60, una época en la que las superproducciones
deslumbraban con las diferentes y novedosas técnicas de filmado y los miles de
extras incluidos en los rodajes, y con ello una época dorada en cuanto a la
taquilla se refiere. Es difícil no recordar epopeyas filmadas entonces, que
todavía permanecen en nuestra retina. Sin embargo, no todas están basadas en
libros y hemos de recordar que es un requisito para que sean nombradas en estas
líneas. El otro requisito es haber obtenido el Oscar a la Mejor Película, y
entre las que resultaron ganadoras en esta época es difícil elegir entre
títulos como “Cowboy de medianoche”, de James Leo Herlihy, “Lawrence de Arabia”,
basado en “Los siete pilares de la sabiduría”, de Thomas Edward Lawrence o “West
Side story”, basado en “Romeo y Julieta”, de William Shakespeare (¿Será el
autor con más “Oscar” en su haber, cuatro siglos después de haber fallecido?).
Sin embargo, como
nos hemos comprometido a elegir uno por década, recordaremos “Sonrisas y
lágrimas”, de María Von Trapp, que todavía nos trae recuerdos tantos años
después. En esta década, nada más y nada menos que ocho de las diez películas
premiadas tuvieron de base un libro.
De cualquier modo,
los productores saben muy bien que los gustos de los espectadores van variando
dependiendo del contexto social y la edad de aquéllos. Tras una década en la
que los libros coparon los premios de la Academia, llegó otra, la de los 70, en
la que los gustos cambiaron radicalmente, y películas en las que la violencia y
delincuencia tenían gran importancia llenaron las carteleras de los cines de
entonces. Así, tan solo cuatro películas premiadas estuvieron basadas en
libros. “Kramer contra Kramer”, de Avery Corman es uno de los ejemplos, y “French
Connection”, de Robin Moore, es otro de los destacados. Sin embargo, es
imposible no remontarnos al año 1972 destacar una de las películas más
importantes de la historia del cine, que está basada (y cuyo guión escribió el
propio autor) en la obra de Mario Puzo “El Padrino”, y que nos dio una buena
imagen de las relaciones entre los integrantes de la Mafia. Un par de años más
tarde de este estreno su secuela, “El
Padrino II”, obtuvo también el premio a la mejor Película. Recordamos, tan solo
cuatro de 10 en esta década basadas en libros.
Ante la escasez de
adaptaciones cinematográficas de los setenta, nos adentramos en la década de
los 80 en la que es todavía más sencillo elegir, ya que tan solo tres de las
diez películas que obtuvieron el Oscar a la Mejor Película estaban basadas en
libros. ¿Por qué no nombrar los tres libros? Con “La fuerza del cariño”, de
Larry McMurtry es el primero de los títulos a recordar, siguiendo con la
autobiografía de Pu Yi, libro que utilizó Bernardo Bertolucci para regalarnos
esa maravilla visual que es “El último emperador”. Por último, y queriendo
destacar como la obra más reconocible de la década de premios de los 80,
recordaremos el viaje que Karen Blixen realizó al continente africano y las
evocadoras aventuras y nostálgicas imágenes que nos trajo la película basada en
su libro: “Memorias de África”. Difícil olvidar su banda sonora. Como decíamos,
tres de diez en esta década basadas en libros.
Así, sin demasiada
prisa, nos vamos acercando a la época actual. Y hemos llegado a los 90, época
cercana para algunos (entre los que nos incluimos) y lejana para los más
jóvenes. Si echamos la vista atrás, también apreciaremos un cambio en las
películas que copaban las carteleras en los años noventa, y si intentamos
compararla, por ejemplo, con las de los años setenta, pocas similitudes
encontraremos. En cuanto a los Oscar que hoy visitamos, podemos películas
premiadas basadas en libros como “Forrest Gump”, de Winston Groom, “Bailando
con lobos”, de Michael Blake o “El paciente Inglés”, de Michael Ondaatje. Sin
embargo, hemos de resaltar uno de ellos y desde esta página nos decantamos por
la lista que Oscar Schlinder hizo para salvar a algunas personas de una muerte
segura, a pesar de traicionar a sus compañeros (afortunadamente). Ese hecho
real fue novelado por Thomas Keneally, y Steven Spielberg decidió llevarlo a la
pantalla en blanco y negro (y rojo) para regalarnos la inolvidable “La lista de
Schlinder. A pesar de no ser una gran década en cuanto a adaptaciones de
libros, al menos 5 de 10 películas premiadas lo fueron.
Ya hemos acabado el
primer milenio de la historia del cine, con un repaso literario más largo de lo
esperado cuando lo iniciamos. Sin embargo, el objetivo está tan cerca de ser
cumplido que seguiremos un par de párrafos más. En la primera década de este
siglo creo que convivieron películas más intimistas con superproducciones entre
los títulos de las películas más vistas. Es tal vez una percepción equivocada.
En cuanto a los premios otorgados, como siempre con reservas sobre si son o no
las mejores películas del año (seguramente habría una mayoría de noes en respuesta
a estas preguntas) nos encontramos con grandes producciones con aura de
películas independientes e incluso películas con corto presupuesto como “Slumdog
Millonaire” basada en el libro de Vikas Swarup. También nos encontramos obras
maestras en todos los aspectos: los fabulosos hermanos Coen, con su habitual
maestría, tomaron el texto de otro maestro (Cormac McCarthy) y nos trajeron una
serie de interpretaciones inolvidables (incluida la del maligno Javier Bardem
con su corte de pelo igual de maligno) en “No es país para viejos”.
Sin embargo, es
difícil no resaltar la colección de Oscar de la Academia que obtuvo la tercera
entrega cinematográfica de “El señor de los Anillos”, que coincidía con el
tercer libro de J.R.R. Tolkien “El retorno del Rey”. La lluvia de estatuillas
probablemente se tomó como una recompensa a una trilogía que supuso un enorme
esfuerzo técnico y humano, y también como el colofón a los cientos de millones
recaudados en taquilla. En esta primera década de este siglo hubo cinco de diez
películas premiadas basadas en libros.
Por fin hemos
llegado al final del repaso, en el que vamos a visitar la década que hace poco
hemos superado. Tal vez por haber poca perspectiva de tiempo, parece la más
heterogénea en cuanto a títulos de cine. En las taquillas han triunfado (es una
impresión, no un dato veraz) títulos de superhéroes y sus familiares, sobrinos
y primos, grupos de ellos con sus historias más o menos simples a cuestas. En
los premios que hoy recordamos se encuentran una serie de películas que, es una
impresión de nuevo, tienen menos carisma que en otras décadas. Tal vez sea de
nuevo el poco tiempo que ha pasado, pero es difícil imaginar que, entre el
listado que forma la década de premiadas, haya alguna que sea recordada dentro
de muchos años. Sin embargo, también hay que destacar que parece que ha sido
tendencia no adaptar libros, así que esta década (cuyos premios acaban hoy)
será una de las más escasas de la historia en este apartado.
“12 años de
esclavitud” fue escrito por Solomon Northup como una autobiografía en la que el
título nos dice ya el argumento de los terribles padecimientos que tanto él
como sus coetáneos hubieron de vivir. La adaptación cinematográfica fue una de
las ganadoras de esta última década, así como lo fueron “Moonlight”, de Tarell
Alvin McCraney y ´”Argo”, un importante incidente diplomático que está basado
en sendos libros de Tony Mendez y Joshua
Bearman. A mi modo de ver, no hay un título que, como en las décadas
anteriores, deslumbre y destaque sobre los demás. Tan solo nos queda conocer un
último nombre, y es el que saldrá de entre los nominados de esta noche. ¿Quién
sabe? Tal vez resulte ganadora una película basada en un gran libro.
Hasta aquí el
repaso de esa relación tan intensa entre literatura y cine, que tiene tantos
matices para ofrecernos que daría para cientos de páginas. Sin embargo la que
hoy hemos visto, la de la relación entre la entrega de los premios Oscar que se
celebra cada febrero y la de los libros en los que se basaron las ganadoras del
premio a la Mejor Película, llega a un punto y aparte, ya que hay libros que
están esperando su adaptación, e incluso hay libros que no están todavía
escritos que, sin duda, ganarán ese premio en el futuro.