Kim Lange es una de las más
exitosas presentadoras de la actualidad en la televisión alemana. Vive en una treintena recién
estrenada y ya se encuentra en la cima de su carrera y en lo más alto de su
profesión. De hecho la atractiva Kim es una de las más firmes (la más firme) candidatas a conseguir el premio al mejor Comunicador en la Gala de los Premios de Televisión a la que va a
acudir. Sin embargo, tras tantas luces en lo que respecta a su vida profesional, sin duda su vida personal es su talón de Aquiles.
Hace mucho que su ambición por
ascender en su mundo televisivo se llevó por delante sus escrúpulos en el trato
hacia sus compañeros (y cualquier ser humano), y debido a su excesiva dedicación a su trabajo también se vio resentida su familia, formada por su
marido Alex (que renunció a su carrera por ella) y su hija de tres años Lilly, a los que apenas presta atención. Se podría decir
que, tras un desafortunado y absurdo accidente que acaba con la muerte de su
protagonista todos estos matices deberían de dejar de ser importantes, pero no
es así.
Y es que pronto se nos desvela el
argumento del libro, que no es otro que Kim, en lugar de acabar su periplo en el momento de su muerte, se reencarnará en una vulnerable
hormiga. Una vez es medianamente consciente de que se ha convertido en dicho insecto, recibirá del mismo Buda (con forma de oronda hormiga también) instrucciones para detectar qué es lo que hizo mal
en su vida humana, y con ello ir comprendiendo y corrigiendo sus errores para
intentar alcanzar el mayor objetivo de todo ser: el Nirvana.
“Maldito Karma” se convirtió en un éxito
desde su lanzamiento y también hizo que su autor, el galardonado guionista alemán David
Safier, fuese un inesperado superventas que provocó risas con sus páginas en toda
Europa. Apoyados en la narración que hace
en primera persona una Kim con la que nos será difícil que lleguemos a congeniar (al menos en mi caso) asistiremos
a cómo la familia va asumiendo la pérdida de la madre y la esposa.
También tendremos ocasión de
observar la dedicación que la mejor amiga (en su momento) de Kim, Nina, ofrece
a Alex para adaptarse a su nueva vida. Desde el principio Nina se convertirá en
una buena influencia que ofrece a las personas queridas por Kim lo que ella
hubiese querido dar. Lejos de enternecerse desde su nuevo cuerpo como hormiga,
el objetivo de nuestra protagonista será intentar destruir la pujante relación entre
Nina y Alex.
Puede parecer un argumento
disparatado, y sin duda lo es. Es más, si añadimos que el mismísimo seductor veneciano Giacomo Casanova es uno
de los protagonistas en su papel de hormiga que lleva reencarnándose más de un
siglo en ese animal seguramente te convencerás más de ese hecho. Es una lectura
sin más pretensión que robarnos una sonrisa tras otra (a mí consiguió robármelas)
y que devoremos las poco más de trescientas páginas entre risas. También tiene
algún momento muy tierno, momentos tratados de una forma emocional que serenará nuestros ánimos e incluso nos dará motivos para pensar en más de una ocasión.
Como pasa en muchas ocasiones con
libros que han resultado ser un fulgurante éxito, al principio se suceden recomendaciones de
lectores insistentes que crean expectativas excesivas antes de iniciar su
lectura. “Maldito karma“ creo que se encuentra en esa clasificación, y sería
injusto para el autor que esperásemos más de lo que nos quiere ofrecer: pasar
un buen rato con una sonrisa.
Hace ya años de su lanzamiento, y sinceramente creo que el hacer caso estos días de la sugerencia
de leer este libro no pudo llegar en mejor momento, inmerso en un (seguro que a
muchos os sonará) bache de lectura en el que parece que pasar una página cuesta
mucho más de lo habitual. Yo lo he disfrutado y devorado, y no puedo más que
agradecer el haberlo leído, ya que rescata mi ansia de devorar un libro tras otro en el momento más oportuno.