La historia de
Genowefa, Michal y Misia es tan solo una de las muchas que nos van a ser
narradas en este libro, con lo que nos vamos a poder hacer una idea de la
geografía de Antaño, de sus gentes y de su folclore, de sus supersticiones y de
su evolución política. Desde entonces, pasando por dos guerras y por diferentes
sistemas políticos, seremos testigos de la evolución del pueblo y de la gente
que lo forma, así como de los diferentes ejércitos que lo ocupan. Finalizará
nuestro paseo por unos convulsos años ochenta en los que se vislumbra el
hartazgo de la población ante un sistema político que, como suele suceder, resulta
ser lo opuesto a lo prometido.
A Olga Tokarczuk se
le afea que tenga un estilo que parece un tanto caótico, deslavazado, inconexo.
También que es simplemente aburrida. Valiente mi intento de leer “Un lugar
llamado Antaño”, ¿verdad? Sí, mirándolo desde este prisma fue un riesgo
notable. Sin embargo, empezando la lectura con pocas expectativas y temiendo
que, dado que es una autora tan aburrida, inconexa, y (suele pasar) mucho menos
merecedora del premio que decenas de autores, lo abandonaría en a lo sumo
cincuenta páginas, sentí algo diferente.
Me he encontrado
una prosa desbordante, lírica en muchas ocasiones, original, interesante y
novedosa. Antaño es un pueblo (imaginario) que la autora usa de lienzo para
pintarnos de forma brillante una sociedad entera, desde las supersticiones y
creencias (esas que si son nuestras parecen incontestables y si son de otros
parecen incomprensibles) hasta el carácter de cada uno de los habitantes de un
pueblo que se va a quedar en mi memoria.
Así que, por las
cosas que tiene el destino, la lectura con menos visos de sacarme del bache
lector que se estaba convirtiendo en catarata se convirtió en una lectura de
luz, de admiración, y de devorar páginas descubriendo detalles de uno, de otro
personaje, de sus hijos y de sus nietos, de cada detalle del círculo físico que recreamos
en nuestra mente y cuyo epicentro es un pueblo difícil de olvidar. Olga
Tokarczuk nos regala una historia creada deliberadamente con un estilo que
parece un tanto caótico, deslavazado e inconexo y que me parece al mismo tiempo
maravilloso. Entiendo también que haya gente que no conecte con este estilo,
pero creo que tarde o temprano hay que encontrar un hueco para leerlo y
descubrir si es así por uno mismo.