Creo que la forma más justa de iniciar cualquier reseña que quiera acercarse a este libro es indicando que se trata del cierre de una trilogía, que comenzaba en el año 2013 con "La infancia de Jesús" y seguía con "Los años de Jesús en la escuela". En esta trilogía el autor sudafricano John Maxwell Coetzee, que logró el Premio Nobel de Literatura en el año 2003, hace un ejercicio de vigor literario para intentar deslumbrarnos con su obra.
Del mismo modo hay que decir que no es imprescindible leer los tres libros, ya que se pueden entender con independencia aunque evidentemente tiene más peso si los dos primeros forman parte de nuestras lecturas pasadas. Intentaremos comentarlo como si no formase parte de una serie de libros y diremos que el que traemos hoy, el cierre que significa "La muerte de Jesús", nos trae a un niño cercano a la decena, David, que vive con Simón y con Inés, sus padres adoptivos. Éstos sienten que David es un niño excepcional, capaz de destacar en todo lo que inicia y con unas cualidades que escapan a su entendimiento.
A esta edad (las diferentes edades de David formaron los libros anteriores) tiene un don especial en cuanto a la danza, de la que es capaz de extraer las más excelsas sensaciones. Además, tiene como libro de cabecera un ejemplar de "El Quijote", del que se sabe cada una de las páginas y al que admira por encima de todas las cosas, y sobre el que discute con Simón de una forma muy poco infantil, de un modo que incluso llega a superar a su padre adoptivo.
A pesar del amor que le demuestran tanto Simón como Inés, David se siente distanciado respecto a ellos. En especial siente una especie de vacío con la figura de Simón, de la que él espera y necesita mucho más. Esa distancia se acentúa en el propio inicio de la historia, ya que en un partido de fútbol que David está disputando despierta el interés de Julio Fabricante, director del orfanato Las manos y que decide incorporarlo al propio equipo del orfanato, Los Halcones.
Creo que "La muerte de Jesús" es un libro difícil de clasificar. El título nos obliga a trasladarnos a la historia de la figura clave del Cristianismo, y siempre está presente esa sombra en la que pretendemos ver la del propio David. Sin embargo, es escaso el paralelismo entre ambas figuras, y con maestría el autor sudafricano nos obliga a asistir a unas clases de filosofía y nos ofrece una visión un tanto crítica del mundo en el que vivimos.
"La muerte de Jesús" le parece a un lector como yo un reto en el que se intenta no naufragar navegando por la historia en la que el autor parece querer mantenernos en el desconcierto, dando por hecho cosas que no se corresponderán con nuestra impresión y, por lo tanto, obligándonos a realizar un ejercicio de reflexión tras otro. Creo que el libro está a la altura de un Premio Nobel y merece ser visitado, así como sus compañeros de trilogía.