Eve Fletcher trabaja desde hace años como directora de un
centro de atención a la tercera edad en un pequeño pueblo de Nueva Jersey. Es
una mujer responsable y eficiente, comprometida con su trabajo y que hace ya algún tiempo alcanzó la cuarentena. Tiene, además, una relativamente buena relación con su ex marido y padre de su único hijo,
Brendan.
El día en el que inicia la trama
de “La señora Fletcher” (que no tiene nada que ver con la entrañable señora que resolvía misteriosos crímenes en "Se ha escrito un crimen") la acompañamos a cargar su monovolumen para ayudar a su
hijo a instalarse en la residencia de la universidad a la que ha logrado
acceder, en su primer día. Brendan es un joven despreocupado y con muchas ganas
de pasarlo bien, decidido a que su etapa universitaria haga honor a la
diversión en los que el alcohol y las drogas no faltarán, y a la sucesión de escarceos amorosos sin mucho futuro que observa en
las películas y que le cuentan los chicos de mayor edad.
Además, Brendan es lo que estamos acostumbrados a que sea definido como “popular”,
un chico que es la estrella en su equipo de … (aquí debería de escribir el
nombre del deporte, pero me he dado cuenta de que no lo recuerdo y, además, en
ningún momento de la narración supe mínimamente en qué consistía tal deporte) y que
instantáneamente hace migas con su compañero de habitación, con lo cual todo parece salir según lo planeado.
La situación es tan repentina,
que los nuevos amigos se van a cenar y Brendan se olvida inmediatamente de Eve. Eve es consciente de que a partir de ese
momento su vida cambia, y que será algo definitivo. Ha de empezar a convivir con la
soledad y con la inactividad, algo que se le hará muy complicado. Para paliar
los efectos de la salida del nido de un hijo que, al parecer, no tiene mucha
intención de comunicarse con ella, se matricula en un curso de diversidad de
género en su propia localidad. En ese curso conoce a un grupo de personas
(peculiar) con el que inicia una relación que la sacará de la monotonía.
Tom Perrota es un reconocido
guionista, nominado al Oscar de la Academia del Cine en una ocasión y
responsable de títulos como “Election” o la serie “Leftlovers” que también
tiene un largo historial de publicación de novelas. La prosa alegre y desenfadada, los toques
de humor, y el tono un tanto crítico respecto a la sociedad en la que vivimos hacen de “La
señora Fletcher” una lectura muy satisfactoria y original, con un estilo
ocurrente y fresco que nos robará alguna que otra sonrisa.
“La señora Fletcher”, al parecer,
se convertirá en una serie de HBO (que, al igual que la editorial que nos
presenta esta novela, garantiza calidad aunque Katrhryn Hahn, la actriz elegida, no encaja en la imagen que me hice de la protagonista) así que, tal vez, sea conveniente leer
el libro antes de que la historia sea ya una historia manida y el acrónimo MILF
(de gran importancia en la narración) sea mucho más conocido de lo que es
ahora.