Este libro nos presenta un marco
prácticamente desconocido: la invadida Praga, sometida a un ejército nazi en
los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, al que se le acumulan derrotas
y contratiempos, y cuya debilidad es aprovechada por muchos para perder ciertas
dosis del respeto a los invasores.
En dicha ciudad vive Milos Hrma,
un joven e ingenuo aprendiz de ferroviario, que nos desgrana sus inquietudes (las
normales de un adolescente) y nos narra una buena cantidad de anécdotas un
tanto disparatadas con un tono humorístico capaz de disfrazar las situaciones
más complicadas y dramáticas.
Como ya en las primeras páginas
contemplaremos, historias cotidianas se mezclan con una guerra que los
protagonistas ven pasar en los “trenes rigurosamente vigilados”, que no son
otros que los convoyes que transportan miembros del ejército nazi, así como los
tanques y diverso material bélico, que se trasladan bien desde o bien hasta el
frente.
Además de conocer a Milos y descubrir sus preocupaciones y visión del complicado mundo que le tocó vivir, nos familiarizaremos también con una serie de peculiares personajes que amueblan la historia con buen gusto. Entre ellos podemos encontrar al Jefe de estación, cuyo ansia por ascender en el escalafón lo lleva a vivir situaciones esperpénticas, como la visita de su superior presentando un aspecto deplorable. A su lado conoceremos a su inmediato subordinado, el factor Habička, un empedernido mujeriego cuya actitud y cuyas vivencias no dejarán a nadie indiferente. De la mano de dichos personajes nos vamos adentrando en la trama, que va ganando peso a medida que avanzamos en sus (muy escasas) páginas, dejándonos un agridulce sabor de boca.
Una vez leído este libro, me
reafirmo en la idea de la grandeza de la Literatura, en la que podemos
encontrar autores y libros que parecen escritos a nuestro gusto prácticamente
cada semana. Para mí es un descubrimiento el autor, el austrohúngaro en el
momento de nacimiento Bohumil Hrabal, y checo en el momento de su muerte, capaz
de innovar y desplegar su inteligencia en tramas muy diversas, salpicadas en
muchas páginas con un humor irresistible.
Con una dilatada trayectoria
profesional (en el que se incluye la profesión de aprendiz de ferroviario,
experiencia de la que sacó numerosas anécdotas de este libro), tuvo una
vocación tardía, (ya contaba con medio siglo de vida en sus primeras
publicaciones) aunque pudo completar una obra envidiable en muchos aspectos.
Además, muchas de sus obras fueron adaptadas para ser llevadas a la gran
pantalla, como es el caso de “Trenes rigurosamente vigilados”, cuya versión
cinematográfica logró el Oscar a la Mejor Película Extranjera en 1967.
En resumen, una lectura que me ha resultado tremendamente fresca,
dinámica y entrañable, que estoy seguro será la primera obra que visito de las
muchas que leeré del autor checo.