Pues Percival Everett se permite la licencia de tomar la historia narrada por Samuel Langhorne Clemens (universalmente conocido como Mark Twain, que es un término acuático que se usaba en el Misisipí para señalar la profundidad del río) y darle el protagonismo a Jim, el esclavo amigo de Huck. Así que, tanto si conoces la historia como si no, puedes (y debes) disfrutar de un libro de aventuras muy bien narrado.
Y ahora me voy a permitir hacer dos preguntas y responderlas yo mismo. ¿Es posible reinterpretar con éxito un clásico 140 años después de su publicación? La respuesta, tras leer "James" no puede ser otra que sí. ¿Tendría sentido hacerlo sin aportar más que una visión similar pero desde otro punto de vista? La respuesta es que yo creo que no.
Y es que la voz de James es muy diferente, dotada de una dignidad notable y necesaria y con una cultura y conocimientos que ha de ocultar a todas y cada una de las personas que lo oprimen: los considerados superiores simplemente por tener otro color de piel. El humor ácido y sarcástico empleado por Everett hace muy digerible un libro de aventuras cuyo personaje corre el bendito riesgo de convertirse en icónico (me recuerda en ciertos momentos al Tom Joad de "Las uvas de la ira).
Como último apunte, decir que acaba de ganar el Premio Pulitzer de Ficción, lo que para este lector supone un imán irresistible, ya que la mayor parte de los libros que leí que consiguieron dicho galardón se encuentran entre mis favoritos. Hay excepciones, pero los libros que no me gustan tengo la (sana o lo contrario, no lo sé) costumbre de no reseñarlos. Así que ya sabes mi veredicto sobre "James". Brillante reinterpretación.