domingo, 13 de noviembre de 2022

"Luz de verano, y después la noche", de Jón Kalman Stéfansson

 Islandia es un país relativamente pequeño (ocupa una quinta parte de la extensión que ocupa España, por poner un ejemplo) y de forma categórica poco poblado, ya que el número de islandeses no llega al medio millón. Si tenemos en cuenta que la capital (Reikiavik) cuenta con una población de 120.000 habitantes y que la décima población islandesa tiene tan solo unos 4.000 habitantes, podemos llegar a la conclusión de que la mayor parte de sus ciudades y pueblos forman comunidades pequeñas. En una de ellas, que no llega a las cuatrocientas personas y que no cuenta ni tan siquiera con cementerio propio, se sitúa la acción que nos narra la novela que traemos hoy, concretamente en uno de sus incontables fiordos.

 

“Luz de verano, y después la noche” nos trae una serie de historias pequeñas e irrelevantes en su mayor parte, en las que el punto común es esa minúscula población (me voy a permitir ahorrarme el nombre del pueblo, que ni siquiera estoy seguro de que sea nombrado en el libro pero tampoco sería capaz de escribirlo, así como los nombres de los personajes que pueblan la narración). Tras un inicio en el que me di  cuenta de que la originalidad es uno de los ingredientes principales utilizados por el autor, sin llegar a apreciarlo me fui viendo hipnotizado por las peculiares historias que se nos cuentan, y por los curiosos personajes que las protagonizan.

 

Además de la premisa de la originalidad creo que el humor es otro de los ingredientes sin los que el resultado no habría sido tan cautivador como a mí me lo parece. El humor no es nada ácido, sino que resulta tierno y entrañable. Además, el lirismo empleado en la prosa (sin duda consecuencia de la vocación de poeta del autor y a la que debe parte de su producción literaria) la convierte en una lectura interesante, hermosa y curiosa. No deja de sorprenderme que, tras tantos libros leídos siga habiendo autores que me parecen originales y novedosos. Jón Kalman Stéfansson me parece uno de ellos. No conocía nada de él al lanzarme a leer este título, y tan solo seguí la recomendación de la biblioteca de mi pueblo. Un acierto haberme decidido por un título que de por sí resulta atractivo pero desconocido por mí.

 

Poco más hay que contar de un libro que bien podría ser uno más de relatos, pero creo que con habilidad el autor entrelaza a los personajes y los sitúa en la misma población, dando una sensación de continuidad que hace mucho bien a la lectura. Creo que la mezcla de los ingredientes utilizados (originalidad, lirismo, humor en dosis justas y la búsqueda profunda de la personalidad de los personajes) da como resultado una receta exitosa, y nos presenta un libro agradable de leer y que, creo, no deja indiferente. Como curiosidad hay que decir que recibió varios premios y que además de ella el autor publicó una trilogía llamada “Trilogía del muchacho”.

 

Por último quiero resaltar que hay que ser muy hábil para, sin que me diese cuenta, poco a poco me fuese sintiendo parte de un pueblo que tan lejos está de mi entorno y de mi forma de vida. El hecho de hacer uso de unos personajes singulares a los que fui cogiendo cariño en medio de dilemas universales y sentimientos internacionales y atemporales no es fruto de la casualidad, sino otra consecuencia de esa habilidad empleada por un autor del que, seguramente, no recordaré el nombre, pero sí su producción literaria.