
Tal vez la primera imagen que nos vendrá a la mente al adentrarnos en la lectura de "Una madre" es la de una familia formada por retales que no combinan demasiado bien. Se trata de personas con un carácter muy definido (y que el autor describe en tan solo unas líneas con sorprendente habilidad) y cada uno de ellos carga con su propia mochila emocional, con un daño que ninguno es capaz de digerir. Entre ellos, aparentemente, no hay demasiados lazos y poco pueden esperar de la reunión de esta noche.