La maternidad es probablemente el
hecho más importante en la vida de muchas mujeres, ya que se crea un vínculo
con sus descendientes desde el momento del nacimiento que nada puede romper. Es
difícil plasmar ese vínculo en unas líneas, que cada uno vive con mayor o menor
intensidad. Para rendir culto a la
maternidad se han venido celebrando distintas festividades a lo largo de la
historia, como en la antigua Grecia se hacía con la diosa Cibeles o en el
antiguo Egipto con las ofrendas a la diosa Isis.
A lo largo de los siglos, y
dependiendo del país en el que tuviese lugar, esta celebración podía derivarse
de un hecho religioso o tal vez se fijase por unos más terrenales motivos
históricos. En la religión Católica se suele asociar la maternidad con la madre
de Jesús de Nazaret, con lo que el Día de la Inmaculada se eligió como la fecha
en la que celebrar tan especial hecho. Eso fue así en muchos de los países en
los que influía dicha religión en la política.