En diferentes ocasiones hemos
visto que los escritores y sus familias sufren los contratiempos vitales que
sufrimos el resto de los mortales. Sufren las enfermedades más comunes (y
también las menos habituales) y los más diversos trastornos. Alguno de ellos
sufrieron un trastorno tan característico que llegó a dar nombre a dicha
enfermedad. En este tipo de patologías nos vamos a centrar, y en las próximas
líneas visitaremos a personajes
literarios y autores cuyos nombres pasaron de los libros y novela a otro tipo
de libros: los de medicina en el apartado de diagnóstico.
Para empezar vamos a ver el
curioso caso que se da cuando una persona sufre mareos, vértigos, palpitaciones
o temblores ante la excesiva belleza de una o varias obras de arte que ha observado;
a tenor de observar dichos síntomas, se dice que padece el “Síndrome de Stendhal” (o “Síndrome de
Florencia”), tal y como el propio autor Henry Beyle Stendhal describió en su
“Nápoles y Florencia: un viaje de Milán a Reggio”, al salir de la Basílica de
la Santa Cruz de Florencia:
“Había llegado a ese punto de
emoción en el que se encuentran las sensaciones celestes dadas por las Bellas
Artes y los sentimientos apasionados. Saliendo de Santa Croce, me latía el
corazón, la vida estaba agotada en mí, andaba con miedo a caerme”.