
La destrucción debía de realizarse en una hoguera en un acto con cierta solemnidad en las instalaciones de un castillo. Max no sólo hizo caso omiso a dicho encargo, sino que se encargó personalmente de que la mayoría de ellos fuesen publicados. Entre ellos se encontraban obras como “El proceso”, “El castillo” o “Carta al padre”. Gracias a ello, el escaso éxito que había tenido el autor en vida, fue aumentando hasta convertirlo en uno de los más reconocidos autores del siglo pasado. Se trata de Franz Kafka.