Uxía vive desde siempre en la casa en la que se crio, en la que creció. No hace mucho que sus padres fallecieron, y ahora tan solo quedan en ese piso su hermana, Aldara, y ella. No siempre es fácil el día a día, en el que Uxia se carga con responsabilidades que amenazan con sobrepasarla.
Además su hermana Aldara sufre algún tipo de desajuste mental que tiene que ser atendido por medio de tratamiento en un centro especializado en ello (y no es barato). El día en el que comienza la narración, Uxía recibe una llamada: Aldara deja ese tratamiento y va hacia ella.