Emma recibe una llamada en la que un
viejo amigo, el poeta bosnio Goyko, le explica que va a haber una exposición para rememorar los
terribles tiempos en los que Sarajevo fue asediada por la guerra y despojada de vida por
multitud de francotiradores. A pesar de mostrar ciertos reparos, se decide a no
atrasar una visita que tiene pendiente desde hace ya demasiados años.
La vida que Emma inició en Roma poco
tiene que ver con la que la vida grabó en su piel en la ciudad (ahora) Bosnia.
Además, para ella es la oportunidad perfecta para que su hijo de dieciséis
años, Pietro, conozca el lugar en el que nació (en unas terribles condiciones). En la exposición que van a
visitar se van a exponer también algunas fotografías de Diego, el amor de Emma
ya fallecido, y el padre al que Pietro nunca llegó a ver. El día que llegó a
Sarajevo, siendo reportera que iba a cubrir las olimpiadas de invierno
celebradas en dicha ciudad, Goyko fue su peculiar guía y ese mismo día le
presentó al fotógrafo que se quedó con su alma para siempre.
Mientras recorren las cicatrices
que la terrible guerra que sufrieron dejó en la ciudad, Emma nos va desgranando
cada uno de los instantes que compartió con Diego. Así, pasado y presente se
van entrelazando en la narración y vamos descubriendo con ella los momentos más
bellos y los más duros vividos en esa ciudad. Además, su marido Giuliano espera
en Roma de forma paciente ese proceso de descubrimiento que Pietro necesita
para comprender sus orígenes.
Margaret Mazzantini tiene la
capacidad de retorcer los sentimientos del lector de una forma excepcional. Es
difícil no emocionarse no una, sino infinidad de veces durante la lectura de
“La palabra más hermosa” en unas dosis que, en ocasiones, se hacen demasiado
intensas para seguir leyendo. Este libro es mi segunda visita a esta autora
tras “No te muevas”, y en ambas supo revolver sentimientos muy profundos, por
ejemplo los que se tienen respecto al posible sufrimiento de un hijo.
Al igual que sucedió con "No te muevas", este libro fue llevado a la pantalla, en este caso con el título "Volver a nacer", y Penélope Cruz repitió como protagonista en ambas adaptaciones. Además, Sergio Castellito es también el director de las dos películas, un director con probablemente muchas posibilidades de adaptar los textos al gusto de la escritora, ya que es el esposo de la misma.
No creo que sea una
lectura recomendable para personas que necesiten algo ligero y sin
complicaciones, pero "La palabra más hermosa" sí es una lectura (a mi modo de ver) recomendable por
muchas otras razones y que, sin ninguna duda, deja huella una vez hemos terminado de leerla.