En ocasiones llegan a nuestras
manos libros como caídos del cielo, libros que no ocupan un lugar preferente en
las estanterías, ya sean por lo poco conocido que es el autor en nuestro país o
por diferentes motivos. Es el caso de “El taller de las ilusiones”. Un éxito en
su país, en el que su polifacética autora Valérie Tong Cuong es poseedora de
una importante carrera literaria, además de cosechar éxitos en diversos campos.
Leyendo “El taller de las
ilusiones” Tong nos presenta a tres personajes que se encuentran en un punto
crucial en sus vidas, probablemente en el momento más bajo en el que se han
encontrado. En el momento de mayor desesperación, en el que nuestros tres (y en
pocas hojas queridos) personajes no ven una salida a su situación, reciben una
oferta que les será difícil rechazar y que cambiará para siempre sus vidas.
Es justo en ese momento cuando conocen
la existencia de una organización que ayuda a personas en dicha situación de
desesperación ofreciéndoles estancia en el llamado Taller (el título original
sería “El taller de los milagros”), en el que Jean Hart y sus ayudantes hacen lo posible por
desenredar los traumas que obstaculizan la existencia de nuestros personajes. La organización basa su funcionamiento en
nutrirse de personas que en algún momento necesitaron de ese empujón para
comprender mejor los entresijos de la mente y desarrollar el conocimiento vital
que les permita cambiar y, una vez superado ese bache, muchos de ellos se convirtieron
en voluntarios que ponen mucho de su parte para ayudar a nuevos casos.
Como decíamos al principio, es un
libro que llegó de forma inesperada, y a las pocas líneas la autora logró
atraparme con una narración ágil. Basa su estructura en intercalar la historia
de los tres personajes principales utilizando grupos de tres capítulos
protagonizados por cada uno de ellos. Así, la apocada y tímida Millie, el vagabundo Sr. Mike y la maestra esposa de un
eminente político Mariette desnudan sus pensamientos ante nosotros, llevándonos
a devorar una tras otra las páginas de un libro que deja un buen sabor de boca
y nos inyecta optimismo (con alguna sorpresa que nos hace replantearnos la
historia) a medida que los personajes avanzan en su propio conocimiento.
La forma inesperada en la que el
libro apareció en mi vida se ha convertido en una deliciosa sorpresa; guardaré
un buen recuerdo de su lectura, una
lectura que reconforta y que por supuesto recomiendo a quien quiera una lectura
refrescante y amena y que es por sí misma todo un homenaje a la solidaridad,
las ganas de vivir y la esperanza.
En cuanto a la autora, nacida en
París en 1964, lleva un total de diez novelas publicadas, además de cuentos, guiones
de cine y de televisión. Probablemente la más llamativa de sus facetas (desde luego a mí es la que más me llama la atención) sea la que ejerció como cantante y letrista del grupo Quark. Valérie Tong Cuong es una autora a tener
en cuenta, y con total seguridad buscaré alguna de las novelas que ha
publicado.