jueves, 23 de julio de 2020

De 5 en 5: Libros para una tarde y un café

A la hora de elegir una nueva lectura hay decenas de maneras de hacerlo. Toda persona tiene sus propias manías y seguramente nadie se ciñe con exactitud a tan solo una de esas maneras, y va cambiando de una a otra dependiendo de las circunstancias. En esta época estival, particularmente me apetecen lecturas cortas a las que no haya que dedicar mucho tiempo.

 

En esta página intentamos ver la parte buena de cada lectura, y con ello animar a los lectores a decidirse por un libro y, a partir de ahí, que saque sus propias conclusiones. Y tal vez hacer un listado ayude a alguien a elegir su próxima lectura. Así que hoy inauguramos la sección “De 5 en 5”. Esperemos que la disfrutes.

 Como decía en el primer párrafo, en verano los libros largos se me hacen demasiado, así que es la excusa perfecta para iniciar la sección con una breve selección de libros que se leen en un par de horas (o menos). Sería injusto adjudicarles un orden por preferencias, así que va a ser una exposición totalmente aleatoria, y que seguramente no coincida con la que tú hubieses hecho. De todos modos, tus sugerencias serían muy bien recibidas para futuras lecturas.

 

Creo que sería conveniente comenzarlo con una lectura que todos conocemos, y que muchos hemos leído en varias ocasiones. Es difícil que alguien no conozca alguna de sus frases (y que no las haya compartido) que resultan inolvidables, y que hicieron eterno al aventurero y escritor Antoine de Saint de Exupéry. “El principito” es una historia preciosa y permanentemente recomendable.




 

En un registro muy diferente y escrito por (Katherine) Kressman Taylor, tenemos la corta historia contada de forma epistolar que cuenta la relación entre un tratante de arte (judío) que huye de la convulsa Alemania en la que la figura de Adolf Hitler emerge con fuerza y su antiguo socio, que decide quedarse en su país. Las complicadas relaciones entre ambos forman una historia brillante que, si no conoces, podrías animarte a leer.

 



Por otro lado, Herman Melville, uno de los autores más prestigiosos de su país a lo largo del siglo XIX, aunque no se tradujo en que el autor de “Moby Dick” fuese de los más exitosos. Cuando su carrera ya se apagaba, el autor estadounidense escribió un cuento basado en un personaje inolvidable, y con un argumento que permanece en la memoria mucho tiempo después de ser leído.  Probablemente si ha pasado por tus manos “Bartleby, el escribiente” recuerdes rápidamente el argumento, autor, y la frase que se repite como un mantra. Y si no lo has hecho, ya sabes, puedes leerlo en un ratito.

 


La agilidad que otorga a la lectura el estar contada en forma de cartas entre los personajes de un libro puede que sea un plus a la hora de decidirse a escribir. Sería una de las explicaciones al hecho de que, entre los cinco libros que hemos elegido hoy, tres de ellos hayan sido narrados de forma epistolar. El segundo y penúltimo de esta particular categoría dentro de la corta selección de hoy es la deliciosa relación entre una selecta lectora estadounidense y un librero londinense. Durante muchos años la clienta pide libros y acepta las sugerencias del contenido vendedor y, al mismo tiempo, vemos cómo se va entablando una entrañable relación. “84, Charing Cross Road” no podía faltar en esta lista.

 

Por último, hay que decir que el autor que traemos ahora tiene infinidad de relatos cortos en los que expresa mucho más que afamados autores con libros extensísimos en toda su carrera. 


Sería injusto marginar cualquier obra de Stefan Zweig (la mayoría de las cuales encajaría en el listado de hoy) porque en cada una de ellas el malogrado genio austríaco desarrollaba su talento pero seguramente la más conocida sea la desgarradora “Carta de una desconocida”.




Espero que el listado haya sido de tu agrado y, si no has leído alguno de ellos, que te ayude a elegir tu próxima lectura. Felices letras.