En la sociedad británica de los
años 30 del siglo pasado había sitio para muchas clases sociales, en los que la
familia de origen marcaba el ámbito en el que se iba a desarrollar la vida de
una persona. En el libro que nos ocupa hoy, hablaremos de la peculiar familia Radlett. Se
mueven a caballo (y en cacerías a caballo) entre la alta sociedad en el campo en el que se encuentra su vivienda de
Alconleigh y alguna temporada en la ciudad londinense.
La voz que nos presenta a esta
familia es la de la niña Fanny, y ella será la que nos muestre las piezas del puzzle que la
forman: el peculiar, malhumorado y muy excéntrico (y peligroso) tío Mathew, su esposa Sadie y sus
siete hijos, que conviven con Fanny. Fanny vive con esta familia ya
que su propia madre tiene una vida un tanto despreocupada y que se consideraba escandalosa en su época y prefiere que
la niña tenga la estabilidad de vivir en una sola vivienda con una enseñanza en teoría más tradicional.
Entre los hijos de esta familia
hemos de destacar a Linda, que pronto nos daremos cuenta de que se trata de la protagonista de nuestro libro.
Fanny nos cuenta con todo lujo de detalles todos los pormenores de su adolescencia y, además, de cada uno de los
amores por los que Linda lo deja todo. A pesar de la admiración que Fanny
siente por Linda, el lector apreciará lo vano de las relaciones que mantiene la
joven, de lo idealista que es y la infelicidad que le acompañará toda la vida.
La narración de esta novela está
en todo momento retocada con pinceladas del lacónico humor inglés, que logrará
sacarnos alguna sonrisa con las excentricidades (sobre todo del tío Mathew) que
nos son descritas y que, sin duda, están basadas en vivencias personales de la
autora. Y es que la autora, Nancy Mitford, hija de un barón, vivió rodeada toda
su vida del ambiente que llevó a los libros, y que la hicieron una notoria
novelista. Es una de las famosas Hermanas Mitford, un grupo que incluía entre
ellas activistas antifascistas, además de una amiga personal de Hitler y otra
hermana que se casó con un líder fascista británico.
En cuanto a la lectura, es una
novela ligera (tal y como la esperaba). Me decidí a comenzar su lectura debido a la fama de contar con numerosos toques de humor, pero entre las páginas de "A la caza del amor" encontré menos humor del esperado. Además, he de señalar que la falta de empatía que sentí con la protagonista
(Linda) me hizo involucrarme de forma muy débil en la lectura, lo que me impidió llegar a disfrutarla del
todo. En definitiva, un libro que no me arrepiento de haber leído pero que no
me dejará huella.