viernes, 7 de febrero de 2014

"La verdad sobre el caso Harry Quebert", de Joël Dicker.

Un bache creativo del exitoso escritor Marcus Goldman, fenómeno editorial con su primera novela,  el cual no es capaz de escribir una sola página de su segundo libro, le lleva a contactar con su profesor, mentor y amigo (uno de sus escasos amigos) Harry Quebert. Su antiguo profesor en la Universidad de Burrows, escritor como él, logró al publicar su primera novela (“El origen del mal”) la gloria tanto en las listas de ventas como en las preferencias de los críticos literarios, convirtiéndose en uno de los clásicos del siglo.

Con dicha visita viajaremos desde la bulliciosa Nueva York hasta la tranquila ciudad costera de Aurora, en New Hampshire, a la misma casa del famoso escritor Quebert. Con los intensos intentos de Marcus de acabar con el “síndrome de la página en blanco” conoceremos gota a gota lo que será la trama principal del libro: la desaparición en 1975 de Nola Kellergan, una joven de 15 años que mantenía una relación sentimental prohibida con Harry Quebert, que por aquel entonces contaba con 34 años de edad.


Además, la trama comienza a enredarse cuando unos trabajadores descubren, mientras arreglan el jardín de la casa de Quebert, el cadáver enterrado de Nola junto al manuscrito original de “El origen del mal”. La posterior detención del escritor y el escarnio público que ha de sufrir, lleva a su amigo, Marcus, a iniciar una investigación exhaustiva de los hechos que sucedieron más de treinta años antes en la ciudad de Aurora. Con ello conoceremos más y más detalles de dichos hechos, así como una gran cantidad de personajes que, en lugar de arrojar luz sobre la desaparición de Nola, van enredando una trama que no se resolverá hasta las últimas páginas.

Toda esta investigación sirve también al narrador de la historia, Marcus Goldman, como fuente de inspiración, ya que el narrar la historia de amor de Harry y Nola y la investigación de la desaparición de la primera, sirven como trama del segundo libro que tanto se le estaba resistiendo, y que promete ser un superventas dado la gran repercusión mediática que tuvo la detención de Harry Quebert.

Como la mayoría de los lectores saben, “La verdad sobre el caso Harry Quebert” es, sin duda, uno de los mayores éxitos editoriales del año 2013. Debido a la gran campaña de marketing que acompañó a su lanzamiento se logró despertar la curiosidad de millones de personas, de los cuales la mayoría mostró satisfacción con su lectura.

El ritmo de narración es alto, y los saltos que Joël Dicker hace continuamente entre las distintas épocas, hace que mantenga el interés de la lectura durante las casi 700 páginas. Además, tiene un interés especial la visión que plasma sobre el mundo editorial y sobre la profesión de escritor, en la que se respira el amor por la Literatura. También hay que destacar los aprovechables consejos con tintes filosóficos que el maestro da al alumno, con los que se inician los capítulos del libro.   

Hasta el momento no he narrado más que bonanzas de este best seller, al igual que son vistas continuamente en multitud de reseñas publicadas, y que llevan al lector a querer saber más de esta novela. Sin embargo, aún reconociendo que el libro tiene dichas virtudes, no pude evitar sentirme decepcionado con la lectura del mismo, probablemente por las grandes expectativas que me había creado.

El, para mi gusto, escaso desarrollo de los personajes, el limitado (limitadísimo) lenguaje empleado durante la mayor parte del libro, en especial en los pobres diálogos, hicieron que me mantuviese “a la defensiva” en el momento de leer. Las torticeras pistas que nos va dando Dicker, a mi modo de ver diseñadas únicamente para llevar al lector hasta la última página sacrificando (y, en alguna ocasión, también en mi opinión, despreciando) la verosimilitud, hicieron que la lectura me resultase en ocasiones pesada.  No puedo olvidarme de hacer una mención especial a la historia de amor entre Nola y Harry, una historia que me resulta ciertamente forzada y sintética. 


Así pues, siento no haberlo disfrutado tanto como esperaba, y siento también no haber sentido la pasión que despierta en la mayoría de lectores. Teniendo en cuenta que tiene un ritmo similar a una película de intriga, un thriller, no puedo evitar compararlo con un filme que ha recibido los mayores galardones y tiene detrás una gran campaña de marketing, pero que al ser comparada con grandes películas del género queda en franca desventaja.